el gato entre papiros

Opinión:

¡Qué extraño libro! Me alegra poder hacer la ficha -por imposición ajena, es decir, me ha pillado en plena mudanza y no he podido hacerla antes- porque así puedo analizarla con la distancia. Vamos a ver, María Antonia Velasco tenía (tiene) una gran historia, o varias, porque el libro se divide en la vida de 4 hermanos y sus padres: Dimas (el chico), Cuca, Marite y Rita (la mayor) y los padres, Alejandro Alcáceres y Cadmia, pero esta historia no podría existir sin un Ingeniero de Caminos gravemente enfermo, Carlos, que "imagina" y escribe durante sus ¿delirios? la historia que le viene a la cabeza al vigilar tras las ventanas una enorme casa abandonada de la que se enamora patológicamente. El cómo lo ha hecho es lo que no me ha cuadrado, no me ha convencido, y puestos a hablar de errores hay varios que me han desconcertado, muy de escritor ´amateur´, pero en conjunto el libro está bien escrito. Y ya puede, pues "El gato entre papiros" lo ha escrito quien estudió Filosofía Pura en la Complutense de Madrid (además de Medicina). Lo que ocurre es que la autora comenzó a escribir relatos (premiados) y se pasó a la novela larga con este libro, y quizás aquí cometió esos fallitos que a día de hoy ya sabría cómo resolver. Bueno, ya me he enrollado… vuelvo a la historia.

Por un lado tenemos la historia de Carlos, un tipo enfermo que hace más caso a sus paranoias mentales que a sus dolores, con lo cual se abandona a la enfermedad llevándola al límite, y lo hace física y mentalmente. La parte mental es la que ´escribe´ esta novela y a su vez imagina que su esposa le es infiel con su mejor amigo.

Tiene que derruir una casa pero se enamora de ella: está abandonada pero en su interior quedan los objetos testigos de algo que ocurrió dentro de ella, y puestos a imaginar Carlos crea a cuatro hermanos a partir de un cuadro. Las personalidades que les da son más bien enfermizas: Rita, la mayor, es la más interesante, pero María Antonia Velasco se la deja para el final, y eso hace que el libro se haga pesado. Cuando tienes pensado abandonar llega Rita, la historia de su pierna, de su ninfomanía, de su oscura relación con su padre, y te engancha. Por eso acabas el libro, porque a partir de ahí todo tiene sentido: la relación de su padre (Alejandro Alcáceres) con el resto de sus hijos también cobra sentido, la pasión de su madre por el Gato Artista (y el resto de gatos) y la propia relación de ésta con Rita… y con todos sus hijos, los enterrados y los no enterrados…

Es, en conclusión, un libro extraño que cuesta arrancar y que engancha al final, con mucha filosofía, algunos desvaríos, toques de thriller que te descolocan (fantástica Rita, en serio, más loca imposible, ¡y vaya con el padre de familia, qué tio más déspota y cabrón -al menos con su suegro, al que abandona en un subterráneo-) y con escenas surrealistas (el mismo inicio, que engaña porque no tiene nada que ver con la historia a menos que sea el darte pistas de qué va a ir el libro; el Gato Artista; las relaciones de todos ellos… etc)

Por último decir que la contraportada engancha más que el libro (porque la venden muy interesante), pero que la relación entre Alejandro Alcáceres con H. P. Lovecraft no aparece hasta el final y las pistas que da durante el libro no son fáciles de ver hasta que acabas la novela (es como si al acabar necesitaras releerlo para entenderlo todo, y no estamos para leer una novela dos veces… eso es lo que ha fallado).

Lo dicho, un libro que cuesta engancharte pero que lo hace, y que como poso te deja un mundo de locura y obsesiones que no te dejarían impasible (yo creo que esto es lo mejor de la novela y me parece que también era el fin de la autora)