la edad de los milagros

Opinión:

Últimamente parece que las novelas sobre un posible Apocalipsis están de moda. Virus, zombis, invasiones de todo tipo, guerras… acostumbran a ser los elementos que ayudan a explicar el fin de la Tierra. Lo que llama la atención de "La edad de los milagros" es lo verosímil que resulta la hipótesis que plantea: la ralentización del planeta. En el último terremoto y tsunami de Japón, la NASA realizó un estudio que demostraba que la duración de los días se había acortado en 1,8 microsegundos. Karen Thompson Walker lleva ese fenómeno mucho más allá, consiguiendo que esa paulatina ralentización no deje de crecer y de transformar la vida en nuestro planeta.
 
Poco a poco, la duración de las noches y de los días es mayor. La población trata de adaptarse lo mejor que puede a los cambios, y los gobiernos intentan mantener cierta sensación de control consiguiendo que los humanos sigan rigiéndose por los relojes, sin importar la luz del día o la oscuridad. Así, uno asiste al trabajo o al colegio en plena noche, y se ve obligado a dormir cuando el sol luce bien alto. La gravedad ha cambiado, la salud de la gente se resiente, los animales tienen comportamientos extraños… y las cosechas comienzan a morirse en los campos, agostadas por las largas horas de sol o congeladas por las temperaturas nocturnas en las interminables noches.
 
La protagonista de esta novela es Julia, una niña de once años que vive en California, y que narra todos los acontecimientos de esos agonizantes meses. Pero Julia es una adolescente, y hay otros problemas que también le preocupan. Uno de ellos tiene nombre propio, Seth, el chico que le gusta y que terminará convirtiéndose en su compañero de aventuras. Porque los niños, a pesar de las condiciones en las que se hallen, no dejan de ser niños, y se comportan como tales. Karen Thompson es capaz de reflejar perfectamente el universo de Julia: la relación en su casa, sus problemas con su mejor amiga, sus aventuras con Seth… sin olvidar que planeando sobre todo ello se cierne la amenaza del fin del mundo, un proceso que no se detiene y que avanza inexorable hacia su final.
 
Durante meses, años incluso, el mundo se transforma, y la autora es capaz de transportarnos a esa nueva realidad, haciendo que nos preguntemos qué haríamos nosotros, cómo nos adaptaríamos a esas nuevas circunstancias, logrando estremecernos y conmovernos durante días, incluso después de haber finalizado la lectura. Así, nos descubrimos levantándonos por las mañanas y oteando el cielo, en busca de alguna señal que nos indique que todo va bien, o acostándonos al anochecer preguntándonos si al despertar aún estará oscuro.
 
La historia destila ternura e inquietud a partes iguales. Es imposible no enamorarse de Julia y de Seth, y al mismo tiempo no sentir el temor de encontrarse en su misma situación. Esta novela consigue atraparnos sin que nos demos cuenta y conducirnos hasta el final en un suspiro. La avidez que despierta en el lector es asombrosa, logrando emocionarnos, asustarnos y conmovernos. Sin duda, un extraordinario debut para esta joven autora. 
 
Pilar Alonso Márquez