Anika entre libros

locuciones de la sibila

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: locuciones de la sibila
Título Original: (locuciones de la sibila)
Autor: Marina Ivanovna Tsvietáieva
Editorial: Ellago


Copyright: © Del autor: Marina Ivánovna Tsvietáieva
© De la traducción: Reyes García Burdeus
© De la edición: Ellago Ediciones ISBN: 978-84-96720-42-8
Etiquetas:

Argumento:

Recopilación de aforismos de la autora rusa Marina Ivánovna Tsvietáieva, extraídos tanto de sus relatos en prosa como de su correspondencia, ensayos y poemas.

Debido a la enorme cantidad de conceptos desarrollados en los textos escogidos, los editores han optado por clasificar estos aforismos en ocho bloques temáticos y aglutinadores: Orígenes (el mundo de la infancia, los niños, el nacimiento etc.), Formación (educación artística, formación ética y religiosa, etc.) Aprendizaje (opiniones y teorías sobre el arte poético: cuando se produce verdadera poesía, cuando un autor puede llamarse a sí mismo poeta, diferencias entre poeta y esteta, entre lo prosaico y lo poético, etc.), Emociones (el amor, el enamoramiento, la pasión, la amistad, etc.) Gratitud (o el arte de ser generoso), Juicios, Muerte (su sentido final, su íntima e inseparable relación con la vida, etc.) y Consejos finales.

El título de la antología, "Locuciones de la Sibila", está inspirado en uno de los pensamientos incluidos en el libro, en el cual Marina considera que cada verso es como una locución de la Sibila en donde "la lírica aclara lo oscuro, pero oculta lo evidente".

Opinión:

Aunque en general cada uno de los bloques que aparecen en el libro me motivó bastante por diversas razones, fueron los dedicados al "Aprendizaje" y a las "Emociones" los que más interés me provocaron.

En el primero de ellos, Marina Ivánovna Tsvietáieva expone sus teorías, ideas y opiniones sobre la creación literaria, en especial sobre el arte poético. Marina piensa que el poeta surge de la suma de un cierto orden espiritual y un cierto don verbal. Un autor que sólo posea el segundo únicamente conseguirá escribir estrofas rimadas y aquel que se quede en lo meramente espiritual, obviando la importancia de la palabra, tampoco conseguirá escribir versos sino "otra cosa". Tanto lo expresivo o verbal como lo espiritual deben estar bien equilibrados, convivir a un mismo nivel. Para Marina es importante, en ese sentido, saber distinguir entre esteta y poeta. Desde su punto de vista, ser esteta es sinónimo de insensibilidad, carecen de alma y apenas saben sacar partido de sus cinco sentidos.

Marina Ivánovna Tsvietáieva relaciona a la prosa con la conciencia y a la poesía con lo inconsciente -Ella no piensa, sólo siente- , y subraya además su interés por la violación de la norma establecida. Esa afición que demuestra por el juego de palabras y con los signos de puntuación u ortográficos, la sentencia genial, la paradoja inteligente surge por su interés por contravenir las reglas intentando hacer prevalecer, en todo momento, la libertad expresiva del creador por encima de lo academicista o lo pre-establecido; en definitiva, opta por la heterodoxia frente a la ortodoxia. En ese sentido, el trabajo de la traductora resulta notable ya que ha sabido mostrar este carácter transgresor en los aforismos en su versión castellana.

De igual modo, el poeta debe poseer también talento; de no ser así sólo conseguirá versos pobres. Éste debe tener en cuenta además que la poética no surge por arte de magia, sino que se ha de poseer además talento para poder combinar lo verbal con lo espiritual de manera equilibrada. Entiende además que la creación poética como algo que nace desde la individualidad del creador.

En el segundo, "Emociones", Marina Ivánovna Tsvietáieva se nos muestra como una romántica, en el sentido más literal de la palabra: afirma que prefiere el adiós al encuentro, la separación a la fusión, la muerte a la vida; también cree que es lo más importante ocultar tu amor a la persona amada que conocer cosas de ese amado; afirmaciones que denotan una clara concepción romántica del sentimiento amoroso.

Alterna sentencias como éstas con otras bastante lúcidas o más realistas: por ejemplo no basta con sentirlo hay que actuar; es decir no entiende una pasión instalada en la pasividad, o que para vivir en completa armonía con la persona amada es imprescindible no depender de ella, o que el amor quizá se pueda repartir pero no dividirse, o que sin duda es mucho más aconsejable perder a una persona por completo que conservarla tan sólo en una centésima parte. Sin olvidar tampoco el toque "feminista" cuando asegura que las mujeres aman el hecho de estar enamoradas más que a los hombres, pero en el caso de estos es al contrario: son incapaces de amar el amor, aman a las mujeres.

Otros bloques, como por ejemplo el dedicado a la "Gratitud" resulta también muy curioso por esa insistencia por parte de la autora en dejar claro que la generosidad no es algo que deba ser voceado a gritos sino que el que da debe hacerlo desde el silencio, pero el que acepta el don también; o el de la "Muerte": "el heroísmo del alma-vivir, el heroísmo del cuerpo, morir".

Joseph B Macgregor

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