el arte de no decir la verdad

Opinión:

En su traducción menos literal la han bautizado como El arte de no decir la verdad.  En su versión original, el título de esta novela corta hacía alusión directa en torno al tema que compone el hilo central de la obra, esto es, una especie de oda al disimulo y al fingimiento, pero me resultaba más estereotipado, precisamente por dirigirse o apuntar con especial interés hacia el público femenino. Así pues, considero un acierto, para empezar, el rumbo que finalmente ha tomado la traducción del título original.
 
Situaciones que todos hemos vivido en carne propia; palabras que decimos en un arrebato de celos o ante una situación que catalogamos como injusta.

El hilo conductor es el fingimiento, y a través de estas historias retrata un aspecto sociológico con el que cualquier lector se podrá identificar, por ejemplo, el lapso mínimo que transcurre entre el momento en el que a un asalariado se le comunica su despido y los comentarios que le vienen a la cabeza antes de abandonar su puesto de trabajo. Rabia y frustración mediante, Adam Soboczynski nos aconseja indirectamente, en boca de sus protagonistas, cierta prudencia.  Y así en todos los ámbitos, que van del amor no correspondido a las situaciones más embarazosas con las que nos podamos cruzar diariamente.
 
Treinta y tres capítulos cortos componen esta colección de relatos de alrededor de cinco páginas cada uno que nos llegan de la mano de este escritor que con tan sólo seis años emigró a Alemania con sus padres. 
 
Un descubrimiento este joven autor berlinés de origen polaco, con una narrativa entretenida, fresca y ágil, y cuya obra empieza a destacarse en nuestro país. Como colaborador del suplemento semanal del periódico Die Zeit desde hace varios años su conocimiento cultural y social nos brinda observaciones cuya temática bucea desde las últimas publicaciones literarias hasta la disertación extensa sobre temas actuales, ya sean sobre sociedad o el mundo deportivo, el arte o los chismes sobre las estrellas de cine.
 
Un esquema sociológico actual, que nos recuerda que por encima de la ponderada sinceridad y de ser directos, viviendo en sociedad lo primordial es el control sobre uno mismo para salir airoso de las circunstancias. Muchos de los personajes de estos relatos desearían haber leido este manual de autocontrol por medio del fingimiento antes de ser escritos.
 
Muy recomendado, como lectura divertida, y si duda indicada para que tomemos ejemplo de algunos de los consejos que nos ofrece el autor. 
   
Saray Schaetzler