el café de los corazones rotos

Opinión:

Está claro que cumplir cincuenta años no significa el final de una vida. Aún hay muchas cosas por hacer, como descubre la protagonista de esta novela. Ama de casa desde siempre, al quedarse viuda y cargada de deudas debe afrontar un nuevo reto: ponerse a trabajar. Y como no sabe hacer nada mejor que cocinar, la opción parece clara: abrirá un pequeño café. El nombre elegido para el local es un homenaje a la canción de Elvis Heartbreak Hotel.
 
En la portada se anuncia que la novela “gustará especialmente a quienes disfrutaron con “Tomates verdes fritos”. Y no le falta razón. Sólo que sería la prima lejana de aquella maravillosa novela que enamoró a medio mundo.
 
A pesar de algunos puntos comunes, a "El café de los corazones rotos" le falta algo de garra. Es una buena historia, está narrada con ritmo, es amena y entretenida, pero es también “demasiado perfecta”. En el último momento todo queda solucionado como por arte de magia: una deuda satisfecha, un diario que aparece muy a tiempo, un romance que cuaja… Para quienes disfruten de los finales felices y emotivos, esta novela les encantará.
 
Es posible que la autora haya incidido en exceso en la obsesión de la viuda por conocer la identidad de la mujer que se veía con su marido, ya que ése es el hilo conductor de toda la trama. Prácticamente todo lo que sucede tiene relación de uno u otro modo con esa traición, pero al mismo tiempo resulta fácil ponerse en la piel de la protagonista, y eso es quizás lo mejor del libro. Herida y arruinada, esa mujer deberá comenzar de cero una vida radicalmente distinta a la que ha llevado hasta entonces.
 
La novela es muy visual, con diálogos vivaces y algunas escenas francamente buenas. Ligera y de fácil lectura es estupenda para pasar una tarde agradable. Además, cuenta con una serie de recetas al final del libro para los que quieran experimentar en la cocina.
 
 
Pilar Alonso Márquez