el peregrino del tiempo

Opinión:

Romain Sardou ha escrito una película. Novela entretenida, rápida en su lectura, va directa al grano y no se para en florituras. Lo bueno que tiene este tipo de libros es que los lees prácticamente de tirón porque no cansan, se para sólo en hechos y siempre está ocurriendo algo. La parte negativa sería que no profundiza en absoluto en los personajes, pero para contrarrestrar, quizás, está el ritmo, que no lo pierde nunca.

De sus personajes yo destacaría a tres: El Hombre sin rostro y sin manos, la joven Anx, y el ciego Clinamen. El primero por el misterio que encierra durante toda la novela, la segunda porque desde el principio es la que -a pesar de las pocas descripciones- mejor se puede conocer interiormente (los deducimos más por sus actos que por otra cosa), Anx es una adolescente inteligente y muy resuelta, pero también valiente y decidida. El tercero, Clinamen, es un ciego que se aparece cuando menos te lo esperas y desaparece del mismo modo.

Parte importante de este comentario habría que centrarlo, no obstante, en otro tema: la cohabitación entre el Medievo y el Futuro. Monjes, peregrinos y aldeanos que siguen ambientados en la época Medieval, arropados por su iglesia, y viviendo mediante el trabajo en la tierra de sus amos, se mezclan con naves que cruzan las galaxias. Es curioso, y sobre todo chocante, leer que hay un escriba o un curtidor de pieles, o teas al más puro estilo de la época, al tiempo que utilizan pantallas táctiles, hologramas, naves espaciales, o robots. El cóctel es prácticamente incomprensible, pero no deja de ser innovador, porque no se trata de un viaje al pasado ni un viaje al futuro exactamente, y eso es lo que Romain Sardou ha "creado" en "El peregrino del tiempo". El libro no va de cómo se ha conseguido llegar al futuro en aquellos años, eso es algo que está ahí y tienes que comprender. Podríamos hacer un ejercicio de comparación actual -algo alejado pero sencillo- de la NASA con los Amish para comprenderlo.

Como he comentado no se profundiza en ningún personaje, viajamos con la Peregrinación, y sabemos en todo momento y desde el principio cuáles son los objetivos de los caballeros. Aquí no se trata de averiguar al estilo detectivesco, quizás, como mucho, tratar de descubrir quién mató a Ismale Gui, y cómo es posible que exista un hombre de tres metros de altura que tiene acojonado a todo el mundo.

También es destacable el hecho de que Sardou utiliza en su novela el conflicto entre el islamismo y el cristianismo.

Sin embargo el libro es entretenido, ameno y puede resultar muy interesante. El por qué es sencillo: con él no sólo viajamos, conocemos también la teoría de la flecha que nunca llega a su destino (Zenón), descubrimos filosofías antiguas, nos damos de cabeza con teorías que parecen absurdas, pasamos de puntillas por las paradojas y entramos de lleno en los planos de otras dimensiones. Si tiene algo espectacular "El peregrino del tiempo" ése es su final.