la tragedia de los soldados judíos de hitler

Opinión:

 “La tragedia de los soldados judíos de Hitler” se merece todos los honores.
 
El trabajo de Bryan Mark Riggs es tremendo, titánico, muy completo y honesto. Él mismo avisa, al final del libro, que al estar basado en testimonios verbales –también documentos ¡ojo!- pueden ponerse en tela de juicio, pero eso no quita que lo que los supervivientes de aquella época le contaran cuando les visitaba con la grabadora y la mochila al hombro, no tenga importancia. La tiene y mucha, e incluso podría decir que todos los testimonios parecen muy creíbles porque tampoco parece que tuvieran mucho que perder a la hora de contarnos lo que les llevó a luchar junto a Hitler.
 
El libro aporta varios apartados diferentes que repasan lo más importante del tema. Por un lado hay que descubrir qué hacía de un hombre un judío (o medio judío, o judío de un cuarto) y qué no. Göring dijo que él era quien lo decidía.
 
Por otro lado había que entender qué hizo que algunos judíos fueran soldados en la época en que exterminaban a los que tenían sus mismas creencias, y aunque a mí me cueste comprender que alguien luche por la patria, estos hombres eran soldados y patriotas, y esa era su mentalidad. Además se unía la propia animadversión hacia los judíos ortodoxos, motivo por el cual la mayoría de los judíos “nazis” tenían una buena excusa para sentirse libres de culpa.
 
Además estaba la cuestión de qué judíos podían librarse de los campos de concentración y cuáles no. Hubo muchos hombres que intercedieron por amigos judíos, algunos –bastantes- dentro del propio partido. “Su judío” no era como los otros judíos, le decían a Hitler. Llegó un momento en que el propio Hitler se enfadó porque había demasiados judíos “buenos”.
 
Y para rematar estaba la propia ascensión en la carrera militar de los soldados judíos, una oportunidad que, aunque no pudieron tener todos, sí tuvieron algunos. Medallas, Cruz de Hierro, Cruz de Servicios, Cruz Alemana de Oro…, etc, puestos de generales de la mismísima Luftwaffe, jefes, secretarios, adjuntos y coroneles. Los hubo, y los hubo –según se entiende- porque les convenía al nazismo de una u otra forma.
 
Por supuesto una parte magnífica es aquella en la que se le da un repaso a los orígenes de Hitler, a su familia, a sus “imperfectos” familiares (esos que jamás se librarían de sus propias sentencias), a las taras físicas y enfermedades mentales que se supone, hubo en su familia –y bien cercana-. Hitler se cuidó muy mucho de que estos rumores salieran a la luz de modo que incluso a día de hoy todavía se pone en tela de juicio, pero si hacemos caso a lo que nos cuentan, el propio Führer pidió esos informes y del mismo modo en que los consiguió, los escondió al mundo cuando los tuvo en su mano. Y esto es muy significativo.
 
El libro está lleno de casos significativos, tanto de los que consiguieron salvarse como de los que perdieron a alguien o fallecieron ellos mismos, y de judíos soldados que llegaron lejos así como de soldados a los que jamás se les dio la oportunidad de subir peldaños en su carrera, algunos muy respetados por sus compañeros, y otros víctima de las burlas de estos mismos.
 
“La tragedia de los soldados judíos de Hitler” es un libro extenso pero nada farragoso. Todo se entiende con claridad, contiene la subjetividad de los testimonios así como la objetividad del reportaje, y además es el primer libro dedicado a este tema con tanta información, casos, confesiones, documentos y fotografías, por lo que debería estar en el mercado y ser alabado como se merece con más razón que otros “infumables” de los que, tengo constancia, se le dan una publicidad positiva que -seamos sinceros, por favor- no merecen.
 
Anika Lillo