Anika entre libros

cantos contra un dinosaurio ebrio

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: cantos contra un dinosaurio ebrio
Título Original: (cantos contra un dinosaurio ebrio)
Autor: Augusto Rodríguez
Editorial: La Garúa Libros


Copyright: © Augusto Rodríguez Ramos, 2007
© La Garúa Libros, 2007 ISBN: 978-84-935624-7-2
Etiquetas:

Argumento:

"Cantos contra un dinosaurio ebrio" es el último libro de Augusto Rodríguez, poeta ecuatoriano nacido en Guayaquil en 1979. Lleva publicando poemarios desde el año 2004: Mientras ella mata mosquitos, Animales salvajes y La bestia que me habita.
Ha recibido diversos premios: El Nacional de Poesía David Ledesma Vázquez, el Nacional Universitario de Poesía Efraín Jara Hidrovo y Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade. Además es miembro fundador del grupo cultural guayaquileño "Buseta de papel" y editor de la revista literaria "El quirófano".

Entre sus influencias más marcadas se encuentran poetas "malditos" como Leopoldo María Panero o Charles Baudelaire. Y ha recibido grandes elogios de autores como Antonio Skármeta, Andrés Neuman, Fernando Iwasaki o Fernando Iturburu.

Leer entrevista a Augusto Rodríguez

Opinión:

El poeta es un dinosaurio ebrio que se lanza a sí mismo estos cantos de desesperanza en un mundo en el que respirar, soñar, cantar o creer en dios (con minúscula) es algo que considera del todo inútil ante lo inevitable de la muerte, de la soledad, de la falta de sexo o de vino. La vida sólo tiene sentido entre cuerpos sudorosos, sexo, drogas y buen jazz. Por eso, la poesía ya no se escribe en un cuarto propio sino en los baños públicos. Sólo se siente feliz rodeado de sus fantasmas y siendo consciente de que no es más que un muerto en vida.

Todo es mentira: Belén es un invento y (San) José un proxeneta, un cuerpo una mierda enclaustrada en otra mierda (sic).

Para el poeta, la infancia algo vacío y sin sentido: nació del sueño de su madre y siente que morirá con la sensación de fracaso que también experimentó su padre, un sujeto con quien parece estar en eterno conflicto hasta el punto de odiarlo profundamente. Por eso, para él la infancia no es algo idealizado, ni tampoco la mejor época de su vida como para la mayoría de la gente, sino una pesada losa que carga sobre sus espaldas, que lo domina y lo somete.

En definitiva, nihilismo y más nihilismo en un poeta con una excesiva y algo apabullante afición al malditismo, algo que en principio me agrada o me motiva bastante. En ese sentido, Rodríguez parece balancearse peligrosamente en la delgada línea que separa lo auténtico de lo indigesto, y en general siento que es más lo primero que lo segundo. Pero digamos que el libro lo experimenté como algo irregular, con poemas que me tocan y me llegan bastante (Todo se irá a la basura) y otros que me dejan más frío (La ninfómana). Pero tampoco me hagan mucho caso; como afirma el poeta los críticos no damos nunca pié con bola. Al fin y al cabo, vivimos de arrancar ojos ajenos que encajamos en dos grandes agujeros que tenemos en nuestros cerebros.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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