las historias prohibidas de marta veneranda

Opinión:

Los cuentos que forman parte de este libro fueron primero material (una serie de declaraciones de habitantes cubanos de Nueva York a la autora con objeto de realizar una tesis sobre el concepto de "lo prohibido") para un doctorado de Sociología. Finalmente Sonia Rivera-Valdés cambió de idea, los convirtió en relatos breves, terminó doctorándose en Literatura y ganó con ese libro el Premio Casa de las Américas de Literatura Hispana en Estados Unidos. Además de escritora es crítica literaria y de cine y profesora de Lengua y Literatura Española en Nueva York.

Esta recopilación de relatos me ha parecido de lo más curiosa por la interpretación que los protagonistas de cada historia le dan a la palabra "prohibido". Para las cubanas, porque son mujeres la mayoría de las narradoras de estas historias "prohibidas", el deseo sexual hacía personas de su mismo sexo es considerado como algo que hay que ocultar o reprimir; es decir: las mujeres que optan por mantener relaciones con sus amantes, lo hacen con cierta sensación de culpa, de estar haciendo algo prohibido. Otra, por ejemplo, prefiere reprimir sus deseos de besar en la boca a una amiga, por ejemplo, no afrontar sus sentimientos y que estos queden en lo meramente platónico. No todas los cuentos son de esa temática, aunque el sexo tiene bastante importancia, por lo que, de alguna forma, éste parece ir asociado con lo tabú, lo oculto. Por eso, este libro no deja de trasmitirme cierta ingenuidad, bastante ternura y, en general, aunque los cuentos me parecieron bastante entretenidos, sólo en muy pocas ocasiones sentí que me estuvieran contando algo realmente "prohibido".

Para entender todo esto hay que ponerse, claro está, en el lugar de los narradores de la historia: cubanos/as que marchan a Estados Unidos para buscar mejor suerte. Y es que no debemos olvidar que en la Cuba de Fidel se ha perseguido mucho a los homosexuales con lo que quizá esos temas, este tipo de relaciones, tengan mucho de tabú, no están tan "normalizadas" como en algunos países de Europa (aunque esa normalización pueda tener mucho de hipócrita también). Lo que sí que podemos deducir a raíz de la lectura de estas historias que este tipo de enamoramientos / apasionamientos (de personas del mismo sexo) se da con más frecuencia de lo que parece, aunque lleven aparejados, al parecer, cierta culpabilidad o la sensación de que se está haciendo algo no-Natural.

Un aspecto que sí me gustaría aclarar es que el libro se limita a exponer las presuntas declaraciones de una serie de personas que deciden contar a la psiquiatra sus historias prohibidas y ésta los deja hablar, convirtiéndose en los únicos narradores de sus propias experiencias. Por eso, en ningún momento, leemos juicios morales ni a favor ni en contra sobre lo que cuentan.

La autora intenta además, tomando como excusa una serie de historias de contenido más o menos sexual, hacer "sociología" sobre una comunidad muy concreta: la que forman los residentes hispanos en Nueva York, mostrarnos su manera de pensar, su modus vivendi y también cómo conciben el tema sexual. El libro funciona por tanto en una doble vertiente, como relatos de corte más o menos erótico (algunos de ellos con una enorme carga de sensualidad, otros no tanta) pero también como documento de una sociedad a que casi siempre se nos suele mostrar desde el punto de vista más exótico o más folklórico y de la que, en general, pienso que sabemos en realidad muy poco.

También me gustaría señalar que no fueron precisamente las historias de amores con el mismo sexo las que más me llegaron, si no las que trataban otros temas o las de corte más surrealista, concretamente uno que aborda el del maltrato (violencia de género), otro que centra su peripecia en la odisea de un homosexual que sólo se excita pensando en mujeres o la de un hombre que se siente irremediablemente atraído por el olor de una vecina, espectacularmente obesa. Todas me parecieron narradas con enorme agilidad.

En resumen, un libro curioso que me pareció además de entretenido, bastante interesante. Me trasmitió a su vez cierta ternura e ingenuidad y me sirvió para conocer cosas de una comunidad humana de la que desconocía todo.

Un buen balance general.