art teatral. cuadernos de minipiezas ilustradas

Opinión:

Quiles afirma que «una minipieza no lo es por el reducido tiempo que dura una acción dramática, sino porque contiene sustancia teatral y pasó por el filtro de la síntesis». Sus cuadernos se han convertido en un referente ineludible del teatro breve, merced a su buen hacer y constancia. Entre las 12 piezas editadas, hemos destacado las que siguen ante la imposibilidad de dar cabida a todas: Vivir en paz de Martínez Ballesteros: Un golfante, que acaba de robar un bolso, y un mendigo ciego se encuentran en la calle casualmente, pero ni el mendigo es ciego ni tan inválido como parece ni el golfante es tan pícaro y despierto como se le supone. El mendigo es un golfo de bien, con pocas ideas pero claras y con un sentido del oportunismo pasmoso; el golfante es inocente y carece de picardía, con un futuro en la profesión muy incierto. Ninguno de los dos quiere reconocer su condición, abusando de los eufemismos y con unos aires de grandeza que provocan el humor (cuando el mendigo entre cartones responde una llamada a su teléfono portátil). Una tarda de Luisa Cunillé: Una escribidora de cartas está confeccionando a un inmigrante una carta de amor sin conocer su destinataria, y esta relación laboral ha fructificado en un sentimiento especial del inmigrante para con ella, aunque el inmigrante no se haya atrevido nunca a dejarlo patente, quizá sea pronto. Un texto en la línea dramática de la autora, donde los silencios juegan su papel y donde se dice más de lo que se expresa. Para J. Puchades «la tensión entre lo íntimo y lo social», «el tema de la esritura y la lectura» y «la intensidad con que se trata lo íntimo, lo cotidiano» se hallan presentes en esta pieza. A la puerta del mercado de Eduardo Quiles: nos muestra las dificultades de los ilegales recién llegados (tartamudo por desconocer el idioma) y la soledad de las cuarentonas separadas (un torrente verbal). Con reserva mental del profesor norteamericano Roger Conish: un juego verbal entre Él y Ella, iniciado por Ella para esquivar una réplica incómoda, pero que acaba volviéndose en su contra por su constante voluntad en ocultar sus pensamientos y la verdad acontecida. Balada de la mujer fea de Paloma Pedrero: de nuevo el amor (en la senda de Noches de amor efímero) esta vez en forma de amor imposible con final trágico; la mujer fea se enamora vía internet de un hombre, pero no puede imaginarse un nuevo fracaso, una nueva negativa, un nuevo rechazo del que cree que es el hombre de su vida; de ahí a la tragedia apenas hay un paso, aunque sea dado en diferido y a través de una grabación en vídeo inexorable. Camino de Madrid de Ignacio Amestoy: es un road theatre en donde (como en toda su obra) el personaje femenino ocupa un lugar preponderante, un viaje donde nada importa nada y donde hay tiempo para todo, incluso para cambiar de compañía, de conversación y de trayecto. Herida de Itziar Pascual: Herida de la incomunicación, de la distancia entre dos seres que no se entienden, herida abierta en una pareja que no se comprende, que no ve las cosas con el mismo color de cristal, y en la que no hubo amor, sino sólo una convivencia que acabó cercenando cualquier atisbo de felicidad. Amores que no serán y que no fueron, caducos al nacer y al morir. Dice E. Tadeo que «nos muestra una serie de problemas extendidos en nuestra cultura : la llamada «guerra de sexos» por la dificultad de adaptación a los nuevos papeles de hombre y mujer, los desencuentros y las dificultades de comunicación dentro de la pareja y la drogadicción como falsa salida». Este volumen incluye los índices de los números anteriores, así como unas notas biográficas de los autores y artistas.