mundo al revés

Opinión:

Con "Mundo al revés" he experimentado una relación permanente de amor-odio durante casi toda la novela. Por un lado, la historia en sí la disfruté mucho, me pareció muy estimulante, interesante, entretenida, curiosa, sorprendente, emocionante, conmovedora… y por otro, la mayor parte de las situaciones descritas a lo largo de la narración me provocaron rechazo, repugnancia, indignación, incluso miedo. La fuerza descriptiva que consiguieron trasmitirme la mayoría de estas escenas - en las que se intenta poner siempre de manifiesto la brutalidad y el maltrato a los que son sometidos los humanos por parte de los animales – fue impresionante, enorme…muy fuerte, brutal.

Pero luego uno lo piensa mejor y se dice así mismo: ¡Anda!... pero si así es como tratamos muchas veces nosotros a los cerdos, las vacas, los lechones, las cobayas, los osos, los tigres… Muchos de estos animales son criados en mataderos, hacinados en granjas, cebados, engordados en exceso, sus criadores hacen que los riñones de los patos aumenten de tamaño para sacar de ellos paté, se experimentan productos letales con cobayas, ratas o monos, se exhiben en circos, se encierran en jaulas en los zoos…. Tal y como hacen los habitantes de este mundo que se ha vuelto al revés.

La narración sin embargo me pareció mucho más interesante al principio. Los primeros capítulos en los cuales se nos describe cómo es este nuevo mundo en el que los animales han alcanzado la supremacía sobre el hombre me motivaron mucho más y me hicieron crear una serie de expectativas que poco después, tengo que confesar, quedaron algo defraudadas. No me convenció demasiado, por ejemplo, que se intente dar una justificación más o menos racional o científica o unas causas que expliquen por qué ha sucedido ese intercambio de roles. No hacía falta. Quizá habría sido mejor dejarlo a la libre interpretación del lector, aunque la explicación que se da me parece coherente con el tono general de la novela. Tampoco me provocó demasiado la historia de amor que surge entre el simio vegetariano con la humana. No me parece demasiado congruente tal y como está contada.

En ese sentido la trama central es lo que pienso que flojea más mientras que el catálogo de imágenes que nos regala sí que posee una enorme fuerza. Opino que Padilla consigue más cuando se limita a describir cada una de estas situaciones salvajes o brutales y que éstas invitan mucho más a la reflexión que el periplo de Sueño o sus intentos de "humanizar" a los animales. Faltó dotar por tanto a todas ellas de una mayor unidad narrativa, apoyarlas en un soporte mucho más sólido, menos anárquico o caprichoso, un punto de vista narrativo que provocase en el lector una mayor empatía o identificación con los personajes principales que nos hiciera interesarnos algo más por su suerte.

Pese a este carácter algo irregular o no del todo redondo de la obra, lo cierto es que como he comentado antes me ha provocado sentimientos tan encontrados su lectura que, desde luego para mí, valió mucho la pena haberla leído y la verdad es que a pesar de sus defectos en general la he disfrutado bastante.

Joseph B Macgregor