vaticano s. a.

Opinión:

La lectura de este libro no es ciertamente plato de buen gusto para una persona como yo identificada como católica – y en estos días especificando por la corriente popular contraria-  como practicante.

Que determinados personajes cercanos al Santo Padre hayan tenido un poder inconmensurable, manejando cantidades ingentes de dinero y que aprovechando dicho poder se hayan corrompido es indefendible y especialmente grave por el importante lugar que ocupan u ocuparon en la Curia Romana. No obstante a estas alturas de la película – la mía personal- no voy a rasgarme las vestiduras por ello.

Si en tiempos de Cristo los doce apóstoles ante su presencia fueron capaces de preocuparse en ocasiones del lugar que ocupaban entre ellos por encima de la preocupación por los demás, que una serie de personas sin Su presencia se hayan contaminado ante el poder y el dinero no resulta sorprendente.

Evidentemente no podemos dejar de obviar que el Vaticano a pesar del componente espiritual, no deja de ser un Estado, por tanto con un Gobierno y tan sujeto a la corrupción como cualquier otra. Precisamente en Italia y España no resulta extraño la asociación de corrupción y Gobierno.

Lógicamente me parece más grave que en el Vaticano haya este tipo de intrigas que en un Estado cualquier, tanto porque estoy en contra de la mafia económica o política, como del hecho irrefutable de que la Iglesia en general y los cristianos en particular salimos mal parados de este asunto, al incluirnos todos en el mismo saco y no separar la paja del trigo. A veces resulta ciertamente complicado defender a la cúpula de la Iglesia unas veces por estar inmersa en los hechos y otra por aun sin estar inmersa, no revelarse contra ella. Otras veces resulta imposible defenderla.

Este libro gustará a los opuestos a la Iglesia católica, indignará tanto a los opuestos como a los fieles católicos y no dejará indiferente a nadie.

Raúl Borondo García