r y julie

Opinión:

Llevo ya leídas unas cuantas novelas del universo zombi, y me veo capaz de irlas diferenciando en diferentes categorías, ya no solo por cómo sean los movimientos de los zombis (sean rápidos o lentos), si no por si las historias son de supervivencia, intentan ser una revisión de algún clásico de la literatura  o como sucede con R y Julie, son una fábula o metáfora que los utiliza para contar o criticar algún hecho de nuestra sociedad. Por ejemplo, estaría encuadrada junto a la novela de Serge Brussolo, Mi vida entre los muertos, o la de Ajvide Linqvist, Descansa en paz.
 
Es decir, en R y Julie se utiliza la historia, contada desde el punto de vista del zombi, de R (cosa que pocas veces ocurre, como por ejemplo en la novela de Sergio Llauger, Diario de un zombi), para hablarnos del poder de cierto sentimiento respecto a lo que puede hacer con una persona. El aborregamiento, la pasividad, el dejarse llevar (estar muerto), deambular por la vida con gesto ausente (estar como un zombi) puede cambiarse en cuanto hay un objetivo en la vida, en cuanto se aspira a cambiar o bien el status social o en la propia, cuando aparece la persona adecuada con la que compartir.
 
Quizá no sea del todo exacto citar la historia de Romeo y Julieta, aunque la aproximación con R y Julie sea del todo notoria, pero en esta ocasión no es una revisión del clásico, sino una situación de similitud en ciertos aspectos entre ambas historias, como el enfrentamiento entre bandos (Montesco y Capuletto, vivos y muertos) pero que indaga y transcurre por otros estadios.
 
Se nos ofrece también una interesante aportación a por qué los zombis buscan comer el cerebro de las personas a las que atacan, y que hace que R empiece a notar cierto cambios en su interior. Y eso que los zombis que aquí se nos dibujan, son capaces de articular palabras, andar con diferente ritmo o incluso acometer acciones como conducir un coche con sus limitaciones sensoriales y articulares.
 
Es una novela a la que hay que acercarse sin prejuicios de que nos podamos encontrar una novela romántica del estilo juvenil (cosa que por el contrario sí da a parecer en el trailer sobre la película que se nutre de esta novela), utilizando el “monstruo” del zombi. Podremos leer una historia con buen material literario, bien construida en torno a los dos personajes principales y que servirá para concienciarnos de que el motor de muchas de nuestras acciones en esta vida no solo es el aspecto económico, sino que el amor forma parte principal de este río que es nuestro paso por este mundo. Dadle una oportunidad. 

Fernando Martínez Gimeno