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rock connections

Ficha realizada por: Jorge Borondo
rock connections

Título: rock connections
Título Original: (rock connections. the complete road map of rock´n´roll, 2010)
Autor: Bruno Macdonald
Editorial: Grijalbo Ilustrados


Copyright: © Bruno Macdonald, 2010
© Random House Mondadori, 2011
Traducción de Eva Cañada Valero e Israel Ortega Zubeldía
Prólogo de Mick Rock ISBN: 9788425346828
Etiquetas: ilustrado libros ilustrados música musical

Argumento:


Condensada en apenas 300 páginas de atractivo diseño y generoso en hermosas fotografías, este libro nos resume la historia del rock and roll desde su origen en los años cincuenta hasta hoy, a través de la biografía y trayectoria interconectada de algunos de los artistas más importantes, los sellos discográficos clave (de Sun Records a Def Jam pasando por Emi, Motown o Atlantic), los legendarios clubes de conciertos (del Marquee londinense al CBGB neoyorquino), los productores más relevantes (de Phil Spector o George Martin a Rick Rubin o Trevor Horn), y los festivales de rock fundamentales (de Woodstock a Live Aid o Lollapalooza).
 
Un género, el rock and roll, considerado de manera amplia, ya que en él tienen cabida artistas y discos de rock, pop, soul e incluso rap. Y un libro, atípico, porque tiene instrucciones de lectura y de consulta, que explican los numerosos iconos y flechas que aparecen en cada página, relativos a llamadas a otras páginas del libro, relacionadas con un grupo, un disco, un club o un momento histórico. Y es que en el rock and roll, como en la vida, todo parece estar conectado. Ya lo cuenta el célebre fotógrafo Mick Rock en el prólogo: su afición por Syd Barrett lo llevó a David Bowie; El Duque Blanco lo conectó con Lou Reed e Iggy Pop, y de ahí al punk, a la nueva ola y a todo lo que vino después. Se trata pues de una pequeña y original guía de consulta rockera en la que no están todos los que son pero sí son todos los que están. Y además y como indica el título, todos están interconectados.

Opinión:


Existen muchas maneras de abordar la historia del rock and roll, un género tan amplio, cambiante y tan de actualidad que cualquier opción parece insuficiente. Podríamos escribir una enciclopedia de miles de páginas llenas de nombres de bandas, estilos, tendencias, discografías, escenas, etc. y aún así, probablemente sólo estaríamos mostrando la punta del iceberg. ¿Dónde filtramos? ¿Qué grupos dejamos fuera? Porque es literalmente imposible mencionarlos a todos. Pensemos en todas las bandas que han caído en el olvido, que antaño tuvieron sus warholianos quince minutos de fama. ¿Acaso no merecerían aparecer en la parte de historia del rock and roll que les corresponde? ¿Y aquellos que jamás salieron del underground pero sin embargo cuentan con una pequeña pero incondicional legión de fans? Voy más allá: ¿qué pasa con todos esos artistas que jamás contaron con popularidad, éxito o apoyo y sin embargo fueron la máxima influencia de algunas estrellas de hoy? ¿No deberían acaso ser mencionados también? Eso sin contar que la del rock and roll es una historia que sigue escribiéndose a cada minuto. Las redes sociales han permitido que tengamos acceso a grupos de los cinco continentes, lo que multiplica por mucho el número de bandas a incluir.
 
Otra opción sería centrarse en las bandas más importantes por influencia, repercusión, popularidad y calidad (establecida por la crítica y el paso del tiempo, en este caso demasiado escaso para tenerlo en cuenta), y tratar de explicar que todos los demás estarían de algún modo en deuda con ellos. Este método sin embargo acarrearía otros problemas. Pensemos por ejemplo que Nirvana (banda que sin duda debería aparecer) le debe mucho a los Pixies, grupo de gran prestigio pero con una popularidad muy inferior. ¿Cómo profundizar en la discografía de Nirvana sin hablar de Frank Black, si el propio Kurt Cobain admitió que cuando compuso “Nevermind” quería sonar como un disco de los Pixies? Y si incluimos a los Pixies, ¿debemos incluir a otras bandas de igual o mayor repercusión que los de Boston? De nuevo, resulta difícil establecer el criterio de inclusión.
 
Más objetiva sería realizar una historia de sellos discográficos, o de clubes de conciertos. O incluso de festivales masivos de rock. Pero de nuevo, incluso aunándolos a todos, el texto resultaría insuficiente.
 
Tal vez por estas razones, este libro opte por la calle de en medio. Porque habla de todo lo mencionado antes pero de una manera breve y general. Y lo que es más importante, de una manera interconectada. Porque de la misma manera que el rock and roll nació de la fusión de la música blanca (country y folk) y negra (blues), su historia está llena de interconexiones. Un ejemplo: Guns and Roses no se entienden sin la existencia de The Rolling Stones, que a su vez estaban muy influenciados por Chuck Berry, quien de nuevo tenía su referente en músicos de blues. Además Guns and Roses fueron teloneros de los Stones, hicieron versiones de canciones suyas e incluso llegaron a actuar juntos en una ocasión, de la misma forma que Keith Richards llegó a tocar junto a su ídolo Chuck Berry. Y lo mismo podríamos decir de la importancia de Elvis Presley en la música de Bruce Springsteen, Bob Dylan y The Beatles (por citar sólo a tres ejemplos), de la deuda de KISS, Cheap Trick u Oasis con los propios The Beatles, etc. etc. La lista sería interminable. Y no sólo eso: pensemos como digo en las colaboraciones entre músicos, en las versiones de canciones de otros artistas, en las giras (con grupos compartiendo cartel o ejerciendo de teloneros), en los cambios de formación de las bandas (se me ocurre ahora cuando el cantante de Deep Purple, Ian Gillan se unió a su banda rival Black Sabbath en el disco y gira de “Born again”), en las rivalidades entre grupos e incluso entre músicos dentro de una misma banda (Paul McCartney compuso “Too many people” para criticar a John Lennon y este le respondió con la irónica “How do you sleep?”), etc. etc.
 
Si además, incluimos en la mezcla no sólo a artistas sino también a productores musicales, a discográficas, a locales de conciertos y a festivales de rock, la ecuación se vuelve aún más complicada.
 
Mucho mejor por tanto realizar una guía concisa y muy visual como esta, llena de bellas fotografías (no olvidemos la importancia de la imagen en el rock), de músicos hablando de otros músicos a través de citas impagables (“Dylan significa más para mí que cualquier otro músico o artista vivo”, Bono de U2), de referencias interconectadas, que nos permiten tener una visión global de la historia del rock and roll de una manera rápida y sencilla. No se trata por tanto de textos largos y sesudos, sino de breves y certeros apuntes sobre momentos clave de una gran cantidad de artistas; todo un mapa de carreteras del rock and roll, en el que al igual que ocurría con el blues del Delta, los cruces de caminos están llenos de pactos con el diablo. Más que una historia del rock, el libro nos cuenta la historia de los encuentros entre músicos, escenas, productores, discos, conciertos, etc.
 
Antes que para un profano, esta es una guía para fans del rock and roll, porque más que contarte, te recuerda hechos relevantes de la cultura rockera. Más que detenerse en un cantante o un estilo, te aporta pocas pinceladas que a su vez se relacionan con artistas del pasado y del futuro posterior.
 
Por eso se hace tan necesario ese índice final de entradas que permite navegar a través de las distintas páginas del libro para buscar de manera rápida cualquier referencia. Que además se aporten los créditos de la mayoría de las fotografías incluidas, no es sólo un detalle, sino también una labor titánica.
 
Por poner un pero a un libro divertido, ágil y original como este, afirmaría que sorprende la introducción de algunos grupos muy recientes (caso de Kings of Leon o Gorillaz por poner dos ejemplos), de dudosa relevancia, frente a la ausencia de leyendas actuales como The Black Crowes, que sólo reciben alguna mención de pasada. Pero es sólo una apreciación personal, y el “error” es fruto de una década musical actual cuya calidad palidece frente a tiempos pretéritos.
 
En resumidas cuentas, nos encontramos ante una interesante y muy amena guía musical que además se puede leer sin orden ni concierto, picando de aquí y allá cuando nos apetezca, de la misma manera que escuchamos canciones.
 
Jorge Borondo

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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