por vuestra cuenta y riesgo

Opinión:

No me gustan los programas del corazón, ni los reality-shows ni la prensa rosa y/o amarilla en general, pero no puede negar dos cosas: en primer lugar que he visto, veo y seguiré viendo algunos minutos de esa famosa telebasura que tanto nos gusta y que tanto vende, que hojeo revistas del corazón habitualmente y que conozco a Belén Esteban; y en segundo lugar que conocer este lado oscuro de la prensa es necesario para estar bien informado hoy en día.

He visto un par de películas sobre programas de telerealidad que se escapan de las manos a sus productores y en los que estos son siempre seres fríos y calculadores, que piensan más en las cifras de audiencia y en la publicidad que le pueden sacar a este o aquel mal de sus “personajes” antes que preocuparse por su estado físico o psíquico. El año pasado además, sin ir más lejos, leí un libro sobre un programa de estos en los que uno de los protagonistas es asesinado (con lo que el programa en cuestión consigue unas cuotas de audiencia increíbles). Por cierto, unas premisas que no se alejan demasiado de las sociedades montadas en nuestra era, en las que son más importantes las cifras y los datos que cualquier persona.

Así que, cuando leí la sinopsis de “Por vuestra cuenta y riesgo” enseguida me apeteció leerlo. Imaginaos, tres chicos y tres chicas enviados a una isla desierta paradisíaca en uno de estos programas de telerealidad. Todo va sobre la marcha, con los quites y desquites entre los concursantes, una audiencia fiel siguiendo el programa, los productores liando la perdiz para que los seis chavales discutan entre ellos y lleguen al extremo… y, de buenas a primeras pasa algo inesperado que levanta una polvareda de televisiones, denuncias, contradenuncias, euros… un grupo de guerrilleros secuestra a los seis chavales, pero de verdad.

El libro está muy bien trazado, uno se divierte mucho con su lectura… lo mejor es que nos ofrece una juventud muy diferente a la que solemos encontrarnos en el día a día, o, precisamente la autora da en el clavo. Los seis chicos son egoístas, superficiales, se comportan de una manera que no son en realidad… vamos, los chavales de hoy en día… aunque luego, cuando en realidad hace falta demostrar quiénes son en realidad, todos terminan siendo muy diferentes a lo que parecían… o mucho mejores de lo que aparentaban ser para aparentar ser mejores… no sé si me explico.

Ahí es donde me falla la trama de esta novela, aunque me encante ese “final feliz” que no os voy a desvelar, para no romper la magia de la lectura. Yo creo que está bien que se escriba un final tan dulce (dentro de la crudeza) para esta historia para adolescentes, pero también creo que si la autora quería denunciar las injusticias tenía que haber terminado de otra forma… aunque, espera… estoy dándome cuenta ahora mismo de la lección que nos da Pascale Maret en “Por vuestra cuenta y riesgo”… sí, porque, da igual lo injusto que sea el mundo, da igual cuánto protestemos por las injusticias, al final, todos seguimos viviendo nuestra vida normal. Pase lo que pase por ahí.

Javier Fernández Jiménez