mike for president

Opinión:

Michael Moore es amado y odiado casi a partes iguales. Mientras a muchos les hizo reflexionar sobre la situación política de Estados Unidos, otros le acusan de ser un manipulador y un oportunista.

Teniendo en cuenta que Mike for president sigue la misma línea que sus anteriores trabajos -entre los que destacan Estúpidos hombres blancos y ¿Qué han hecho con mi país, tío?- es necesario avisar de antemano: este libro gustará a los que ya disfrutaron con su ácida visión de la vida norteamericana, pero no hará cambiar de opinión a sus detractores.

Este nuevo proyecto está muy centrado en las últimas elecciones norteamericanas, (el libro está escrito cuando aún no se sabía que el ganador sería Barak Obama) y se puede dividir en dos grandes partes. La primera está compuesta por diversas “cartas del lector”, en las que los ciudadanos estadounidenses preguntan al escritor las dudas que tienen, esperando que él les dé esa respuesta que los candidatos políticos nunca les dan. Las temáticas son variadas, pero a mi parecer este apartado carece de verdadero interés. Muchas creo que son simplemente bromas: “He oído que cuando suena el himno nacional, Barak Obama se agacha como para defecar. Si eso es verdad, no creo que le dé mi voto”. Penny Alger, Maryland).

La lectura empieza a resultar mucho más hechizante en la segunda parte; compuesta por páginas llenas de argumentos y reflexiones y en las que se desprende 100% la esencia Michael Moore.

El autor, emulando ser un candidato presidencial, propone una serie de cambios para mejorar la vida de cualquier estadounidense medio. Entre las que se encuentran:

- Reducir el índice de obesidad (prohibiendo el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa)

- Echar a McCain de la política

- Copiar los “beneficios que tienen los franceses” y que incluye: atención sanitaria gratuita, guardería infantil gratuita, salario íntegro por baja de maternidad de cuatro meses, vacaciones de treinta días con percepción de salario íntegro…

- Prohibir los anuncios en los cines: “¿Por qué nos los tenemos que tragar, si hemos salido de casa precisamente porque no queríamos ver la televisión?”

- Que la cadena de televisión HBO sea gratuita: “La cadena HBO debería ser accesible y gratuita para todos los estadounidenses (o al menos para mí, por esta publicidad gratuita)”.

Pero Michael Moore se ha dado a conocer por ser un hombre activista preocupado por la política de su país. Así que también tiene unas recomendaciones para mejorarla. Estos son sólo dos ejemplos:

- Celebrar las elecciones en fin de semana. Sorprende descubrir que, mientras la inmensa mayoría de países votan en domingo o festivo, los estadounidenses votan en día laborable, lo cual inevitablemente le hace plantearse si “¿No será para que no se presenten a votar demasiados trabajadores?” Considera que es un punto clave para garantizar mayor afluencia a las urnas.

- Reducir la campaña electoral a cuatro meses para las primarias y dos para la elección general. “La campaña para las elecciones de 2008 dio inicio oficialmente en 2006. Cuando por fin elijamos al nuevo presidente el 4 de noviembre, habrán muerto en los EUA más de dos millones de personas desde el comienzo de dicha campaña”.

Las últimas páginas explican la cruzada que ha emprendido para intentar que Bush y sus secuaces sean detenidos por los crímenes que cometieron: campaña falsa de propaganda para fomentar una guerra ilegal en Irak, confundir y mentir al pueblo estadounidense, malversar fondos públicos, tortura, encarcelar a niños, crear leyes secretas, obstruir las investigaciones sobre los atentados del 11 de septiembre y un largo etcétera.

Mike for president es un libro corto pero lleno de contenido: “La diferencia entre una democracia y una dictadura es que en una democracia primero se vota y luego se obedece; en una dictadura no se pierde el tiempo en votaciones”, Ch. Bukowski.

Con su estilo mordaz e irónico, Michael Moore logra elaborar una buena radiografía de su país e invita, cuanto menos, a la reflexión.

Patricia Tena