La canción de los maoríes

Opinión:

La fascinación de Sarah Lark por Nueva Zelanda la llevó a escribir una de las novelas más vendidas de los últimos años: "En el país de la nube blanca" que cosechó gran éxito entre la crítica y el público. Ahora regresa con la segunda parte de una saga que sigue contando con los mismos ingredientes que su antecesora.
 
La novela se inicia a finales del siglo XIX, cuando las familias de aquellas dos mujeres que desembarcaron a mediados de siglo están bien asentadas. Una en el sur, regentando un hotel y otros negocios, y la otra en el norte, dedicándose a la cría de ovejas. Ambas han obtenido éxito en sus respectivas áreas, y sus nietas van a ser las protagonistas de una nueva serie de aventuras con los maoríes como telón de fondo.
 
El planteamiento de la novela es bastante similar al de la anterior, con dos hilos argumentales que se van entrelazando a medida que transcurre la trama. Ambas protagonistas tienen motivaciones muy distintas y caracteres dispares, y la autora las ha perfilado muy bien. 
 
Sarah Lark juega con los personajes de su anterior novela e introduce otros  nuevos, lo que le proporciona cierta sensación de continuidad muy apropiada. A pesar de ello, esta novela es de lectura independiente. La autora se ocupa de comenzar este libro con la presencia de las mujeres que protagonizaron el anterior, para introducir después a sus nietas, que llevarán el peso de la trama. Incluso los problemas con los maoríes vuelven a explicarse y a desarrollarse sin necesidad de acudir al libro anterior.
 
Las vidas de Kura y Elaine van evolucionando en paralelo y en capítulos alternos, con el mismo protagonismo para ambas, al contrario de lo que sucedía en "En el país de la nube blanca", donde Gwyneira tenía mayor protagonismo. A medida que transcurre la lectura, es inevitable que el lector tome partido entre Elaine, la joven ingenua y alegre, o la egoísta y caprichosa Kura. Aunque es fácil adivinar hacia dónde se dirigirán las simpatías, también es cierto que Kura resulta ser un personaje muy atractivo, al que al final incluso se le toma cariño.
 
Sarah Lark vuelve a demostrar su gran conocimiento sobre la zona, ya sea en pequeños detalles o en general, proporcionándonos episodios históricos y descripciones de paisajes que nos invitan a viajar con la imaginación.
 
Una historia sobre amores y traiciones, celos, aventuras, viajes y esperanzas, narrada con sencillez y con diálogos ágiles y certeros. Un libro que gustará a quienes leyeron la primera parte y que conquistará a quienes aún no se hayan acercado a esta autora alemana que tiene mucho que contar y buena mano para hacerlo. 
 
Pilar Alonso Márquez