el sofá rojo

Opinión:

"El sofá rojo" es la primera novela traducida al castellano de la escritora francesa Michèle Lesbre. Es el relato del viaje de Anne en busca de Gyl a través de las estepas siberianas, que se transforma en un viaje interior en el que se entremezclan el pasado, el presente y la incertidumbre ante el futuro de la protagonista.

La autora utiliza el viaje como metáfora del rito de paso. En las sociedades tradicionales, los cambios vitales importantes venían marcados por una serie de rituales, los ritos de paso, que ayudaban al individuo a aceptar y comprender su nueva situación y le facilitaban seguir adelante con su vida dentro de su nuevo status social. La sociedad actual carece de este tipo de ritos, lo que contribuye a la desazón que nos invade en ciertos momentos de nuestra vida, porque carecemos de referencias que nos ayuden a comprender el momento vital que atravesamos y nos vemos obligados a buscar por nuestra cuenta la manera de comprender y aceptar lo que nos sucede.

Anne, la protagonista, es hija del mayo francés, ha vivido una juventud de lucha por unos ideales que ve fracasados, sus amores han llegado y se han ido, se encuentra en una edad difícil. Entabla relación con su vecina Clémence Barrot, una anciana solitaria que siempre la recibe sentada en un sofá rojo; la visita a menudo para charlar, leerle libros, compartir sus recuerdos; le relata la historia de mujeres que han pasado a la historia por su valentía, como Olympe de Gouges entre otras; pero Anne se da cuenta de que Clémence olvida y confunde su pasado. Su inquietud, su desazón, aumenta; sin ser consciente de ello, Clémence, la anciana del sofá roja, la impulsa a realizar un viaje sin sentido en busca de un ex amante, transformado en amigo, del que no tiene noticias hace tiempo. Y ese viaje absurdo, en su transcurso, se convierte en un viaje cargado de sentido, en un rito de paso que le permite comprender y aceptar su situación vital. Como todo rito de paso, conlleva un alejarse del mundo, un elevarse por encima del horizonte para ver el bosque que las ramas ocultan a nuestra vista, un contemplar la panorámica de nuestra vida. Sin embargo, ese es un lugar en el que no se puede permanecer, es obligado regresar a la realidad; y será la misma vida en su acontecer la que traerá a Anne de vuelta a su cotidianeidad y a retomar su vida, una nueva vida que comenzará con un nuevo ritual personal.

"El sofá rojo" es una novela tranquila y pausada; su prosa, muy elaborada, resulta de una gran belleza y se adecúa perfectamente a la historia que Michèle Lesbre relata, llena de sensibilidad y ternura. Y ese sofá rojo de la portada nos invita calladamente a acomodarnos en el y disfrutar pausadamente, lejos del ajetreo cotidiano, de esta bella historia, de este viaje, metáfora de muchos viajes, que la autora nos invita a compartir con ella.

Jaci Alía Arreche