Anika entre libros

Luz de noviembre, por la tarde

Ficha realizada por: Pilar Gil
Luz de noviembre, por la tarde

Título: Luz de noviembre, por la tarde
Título Original: (Luz de noviembre, por la tarde, 2011)
Autor: Eduardo Laporte
Editorial: Demipage
Colección: Novela


Copyright:

© Eduardo Laporte, 2011
© Demipage, 2011

Edición: 1ª Edición, Septiembre 2011
ISBN: 9788492719297
Tapa: Blanda
Etiquetas: autobiografía autobiográfica biografía literatura española novela corta novela muerte enfermedades
Nº de páginas: 183

Argumento:


Han pasado cinco años y el protagonista decide que es el momento, por necesidad, de traer a la memoria lo señalado de aquel año 2.000 que supuso la pérdida, en escasos nueve meses, de sus padres por la misma enfermedad. Empieza a escribir en las hojas inmaculadas de un cuaderno de tapas marrones en el que deja la huella sedimentada y serena de lo que sintió entre luces, lugares, canciones, libros y personas ante la enfermedad y la muerte. Memoria personal. Literatura redentora.

 

Opinión:


Tal vez influya a la hora de opinar sobre esta novela el tener raíces navarras y reconocer muchos de los lugares encontrados, descubrir en sus renglones citas de libros de escritores y poetas imprescindibles como lectora, o músicos y canciones del alma. Puede que también lo haga el no tener ya a ese padre navarro y desde luego influirá, y mucho, el encontrarse con la catarsis hecha por otro y que suponga plantearse recorrer ese mismo camino.

Lo cierto, lo incuestionable es que con "Luz de noviembre, por la tarde" Eduardo Laporte elabora una conversación intensa acerca de aquel año 2.000 suyo plagado de vida, de enfermedad, muerte y descoloque con tan admirable oficio y con tan envidiable talento emocional que es capaz de procurar que no se caiga en el derrotismo de la nostalgia sino que fluya la melancolía serena.
 
He sentido esta novela como si su escritor protagonista me contara en primera persona y casi vis a vis. Una conversación, una escucha sin solución de continuidad captando imágenes reales y secuencias como flashes.

Laporte antepone su declaración de intenciones con la novela en un prólogo en el que ya anticipa ese desnudo personal. Empieza el recorrido, y con ese verbo matiza la necesidad de estrenar un camino necesario. La necesidad de viajar ("el viaje, esa necesidad de ser uno mismo por un tiempo"). Los aspectos temporo espaciales dan más realidad a su conversación: tan pronto se sitúa en el 2005, año en el que empieza el recorrido y toma distancia y perspectiva, como se va a los meses de su año 2.000.

No hay secuencia lineal en el orden de los capítulos pero precisamente esto ayuda a descifrar y a enfocar lo que devuelve de forma constante la luz de noviembre, por la tarde, entre las 5 y las 6. Fogonazos de memoria anaranjados o negros que alumbraron lo que no quería verse entonces hasta convertirse en una luz blanca. "No hay reglas precisas respecto al relato de la vida. El principio puede tener lugar en cualquier punto de la temporalidad, igual que la primera mirada puede detenerse en cualquier punto del espacio de un cuadro; lo importante es que, poco a poco, asome el conjunto". 
 
Eduardo Laporte, periodista cultural, conoce bien el oficio de narrar hechos y con esta maravillosa novela ha demostrado que tanto o mejor sabe contar cómo debe vaciarse y ordenarse un cajón grande del corazón que, demasiado lleno y desordenado, era un lastre y que la Literatura es sanadora.
 
Sí, parafraseando a mi manera algo del libro: "este navarro-francés te va encantar". 
  
Pilar Gil

 

 

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