los crímenes del big ben

Opinión:

La autora, de origen asiático, es doctora en Literatura y Cultura Victoriana. Y, con ese dato, pienso que la esencia de la época la ha captado de forma magistral pero quizá con algunos aspectos “de libro”… Me explico: Todos hemos oído que en el siglo XIX una mujer podía disfrazarse de hombre, o viceversa, para acceder a determinados lugares que la encorsetada sociedad londinense no franqueaba a todos ni a los dos sexos; sin embargo me ha resultado un poco exagerado que una academia de detectives, pese a ser dirigida por mujeres, prefiera disfrazar a una agente antes que contratar directamente al aprendiz de doce años, papel que se supone que debe interpretar Mary, cuando ella ni tiene conocimientos de albañilería, apenas fuerza física y su papel la obligará a hospedarse en una lóbrega y sórdida pensión, pasar hambre y hasta intervenir en peleas.

Por otra parte, una violenta escena al final del libro y que marca el desenlace me ha parecido poco creíble… Difícilmente, en mi opinión, personas que luchan a muerte se entretienen charlando y dándose explicaciones, especialmente ante testigos… (quizá el origen oriental de la autora y su cultura nativa, cortés en ocasiones aunque sea de cara a la galería, tenga algo que ver en ello)
 
Los primeros capítulos me han resultado algo pesados, con las conversaciones de las dos socias de la agencia, sus dudas, fricciones… Pienso que esa parte se hubiera podido reducir porque apenas aporta algo interesante. A partir de ahí, sin embargo, la trama gana dinamismo y la intriga invita a leer.

Especialmente plásticas y logradas me han parecido las descripciones de la época: hipocresía, la vida de cara al “qué dirán” diferencias sociales, la miseria e inmundicia en que vivía gran parte de la población, la basura que flotaba en el Támesis, niños explotados sin piedad a cambio de unos peniques y golpeados por cualquier nimiedad mientras los adultos miraban divertidos… Las hosterías para pobres, sin posibilidad apenas de lavarse, compartiendo cama con desconocidos y comiendo sobras chocan con el lujo de los “señores”. Y hasta las actuaciones de los obreros, sus trapicheos con el alcohol, rencillas y problemas domésticos me han parecido muy bien expuestos.

Hay que tener en cuenta la época en que se sitúa la historia, la no existencia de la Ciencia Forense y las limitaciones de la policía o el Yard para resolver un crimen; aún así el desarrollo de la trama me ha parecido poco convincente. De lo que no tengo duda es del extraordinario trabajo de descripción de la sociedad londinense, como anticipaba, tan bien narrado que casi parece una película. Para los amantes de la época victoriana será, sin duda, una obra muy interesante, porque eso es, en mi opinión, lo más logrado y excelentemente expuesto.

El lenguaje es sencillo, directo, fácil de leer y la trama va enganchando a medida que se lee. Diría que la novela va captando poco a poco, cuando el lector empieza a empatizar con la protagonista; personaje, por cierto, bastante atractivo y carismático.

Pilar López Bernués