La terrible vía sin nombre

Opinión:

En esta segunda novela escrita - aunque no publicada en formato papel - para el público adulto de Pilar López Bernués he descubierto algunos elementos comunes con la anterior ("En aquella pared norte") pero también otros bastante novedosos y originales.

Entre los coincidentes, cabría señalar en primer lugar el hecho de que los personajes de ambas novelas son aficionados a la escalada y pertenecen o han pertenecido a un club de montaña. Javi y Marta (protagonistas estelares de la primera y la segunda novela respectivamente) parecen sufrir además un profundo de conflicto emocional o sentimental. Por eso, ambos pretenden alcanzar la inexpugnable cima de una montaña para poder así superar los miedos que los paralizan. Y es cierto que para ambos el resultado de la peripecia se traduce finalmente en una intensa sacudida interior que termina transformándolos por completo aunque ésta posea matices bastante divergentes según el caso. Ambas historias emocionan y entretienen aunque cada una lo haga de manera diferente.

En el caso de Javi, el reto que éste se impone a sí mismo se me antoja ahora como un recurso de raíces claramente melvinianas: la montaña como una suerte de nueva Moby Dick que el joven alpinista debe eliminar definitivamente para acabar de una vez por todas con esa insoportable obsesión a la que parece estar perpetuamente condenado. En este caso, la escalada no es un simple deporte de riesgo sino reflejo evidente del infierno en el que vive el protagonista. Sin embargo, la lucha interna que éste mantiene consigo mismo y con sus fantasmas personales no sólo no disminuye durante la ascensión sino que parece ir creciendo en intensidad conforme éste avanza en altura, adquiriendo la historia tintes cada vez más trágicos o negativos. El proceso de Javi es mucho más tortuoso y angustioso.

Por el contrario, en "La terrible vía sin nombre" el enfrentamiento que Marta mantiene con la montaña se salda con un accidente fortuito que deriva en una curiosa experiencia extra-sensorial. Aquí la ascensión a la cumbre aparece como una nueva forma de auto-conocimiento o de crecimiento personal. La narración posee características más positivas y el tono general es mucho más amable, aunque la trama no esté exenta tampoco de conflictos o de situaciones arriesgadas o peligrosas que los protagonistas deben superar.

Otro aspecto interesante o digno de reseñar, y que forma parte del buen hacer de Pilar, tiene que ver con ese intento por su parte de que aparezcan reflejados a lo largo de la narración aquellas historias reales que más la impactaron o interesaron en los que el alpinismo es protagonista principal. En la narración aparecen citadas con todo lujo de detalle una serie de célebres ascensiones a montañas que llevaban acarreadas un alto componente de riesgo, saldadas algunas con la muerte o con algún desenlace trágico o que fueron famosas por el enorme desafío que suponía para los escaladores. Se nota que estos temas interesan profundamente a Pilar y que ha leído mucho sobre ellos.

Por otro lado, me da la impresión que ha querido reflejar además todas aquellas experiencias personales con la montaña que ha vivido en carne propia; en algunos momentos, la novela se me antoja como una suerte de autobiografía personal como montañera. Ambos aspectos aportan al texto una enorme riqueza, aunque quizá se exija un interés previo por parte del lector por estos temas.

También aparece en la narración el gusto de Pilar por los temas espirituales o sobrenaturales, en este caso las experiencias más allá de la muerte y la reencarnación. Ambos poseen una importancia básica en el desarrollo y posterior conclusión de la trama y le aportan al texto una evidente originalidad.

Me parece un tanto injusto y triste el hecho de que haya ahora mismo en el mercado tanto libro intrascendente, que uno no sabe bien a que público puede ir dirigido, y sin embargo esta novela de Pilar López Bernués no consiga verse editada cuando es evidente que encontraría lectores potenciales con total seguridad. Esperemos que alguna editorial se percate del enorme interés literario y comercial que tiene un título como "La terrible vía sin nombre" y se anime a publicarla porque tanto Pilar como la novela sin duda lo merecen.

Joseph B Macgregor