Anika entre libros

divina locura. diez historias de locura creativa.

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: divina locura. diez historias de locura creativa.
Título Original: (divine madness. ten stories of creative struggle)
Autor: Jeffrey A. Kottler
Editorial: Kailas


Copyright: Año de publicación: año 2006
Primera edición: 2007
© 2006, Jeffrey A. Kottler ISBN: No definido
Etiquetas:

Argumento:

El objetivo esencial de este libro es tratar de explicar la relación entre locura y creatividad (como influyen la una en la otra yviceversa) a través de la descripción y narración de las biografías de diez personajes contemporáneos que bascularon siempre entre la genialidad y el caso patológico: Marilyn Monroe, Sylvia Plath, Virginia Woolf, Ernest Hemingway, Mark Rothko, Judy Garland, Brian Wilson, Charles Mingus, Vaslav Nijinsky y Jenny Bruce. Todos destacaron en algún tipo de actividad artística y también sufrieron algún tipo de desorden bipolar o variantes de la depresión: la paralizante, con grandes periodos de sufrimiento melancólico sin causa ni razón, o a la que se manifiesta en un inevitable deseo de morir, de suicidarse. Algunos de ellos se rindieron a su enfermedad y otros aprendieron a convivir con ella, a tolerar el dolor. A la vez no perdieron la capacidad de ser creativos, llegando, en algunos casos, a utilizar su angustia como materia prima o punto de partida para sus creaciones, pero ¿sucede realmente así?

Kottler intenta, a través del análisis de los acontecimientos más destacables de las vidas de estos artistas despejar sus dudas a ese respecto. Se trata de responder a dos preguntas fundamentales:

"¿Ayudan ciertas formas de sicopatología a fomentar una creatividad mayor?" o por el contrario "¿El trabajo profundamente creativo lleva a la locura?".

Opinión:

Todas las biografías psicológicas incluidas en "Divina locura" me han parecido muy interesantes (la mayoría auténticos y alucinantesculebrones: Judy Garland, Virginia Woolf, etc.) pero el autor lo estropea todo un poco en el capítulo final del libro, el que dedica a hacer balance sobre el significado en las vidas de los genios creativos y asegura que a ninguno de los personajes elegidos para su tesis se les puede tratar de locos. Sufrieron desórdenes de tipo psicológico muy graves, pero estaban bastante lúcidos. Por lo tanto, no entiendo demasiado bien porque los eligió para demostrar la relación entre locura y creatividad.

Tengo que aclarar que no se trata de un libro de psicología en el sentido más estricto de la palabra, lo que prima es la historia personal del biografiado. Es decir, que no nos vamos a encontrar con largas disquisiciones clínicas, complicados y densos diagnósticos, referencias a teorías de célebres psiquiatras o psicólogos…

En general, todas las historias me parecieron sumamente interesantes, ricas en detalles (sobre todo a la hora de describir los diferentes suicidios), muy bien documentadas y bastante imparciales.

A la hora de sacar conclusiones sobre las causas de sus problemas psicológicos, Kottler prefiere exponer diferentes teorías que decantarse claramente por una de ellas, aunque incide bastante en un aspecto que desconocía y es que la depresión puede ser una enfermedad hereditaria y que tiene que ver también con experiencias desagradables o conflictivas durante la infancia.

Estas biografías sirven además para romper mitos y no hay buenos ni malos, ni culpables ni víctimas… y eso si me gusta, que pone a cada persona en su justo lugar a la hora de justificar, explicar el por qué de los sucesos narrados. En ese sentido, es especialmente recomendable el capítulo que dedica a Sylvia Plath en el que parece que deja bien claro que grado de responsabilidad tuvo Ted Hughes en la inestabilidad emocional de su esposa.

Todo eso está muy bien, aunque tiene poco que ver con el objetivo principal expuesto en el capítulo que sirve de introducción al libro: tratar de explicar o dilucidar las conexiones entre locura y creatividad, ya que, según Kottler, ninguno de los artistas biografiados estaban locos en el amplio sentido de la palabra (esquizofrénicos, depresivos, paranoides, adictos a las drogas y/o el alcohol, autodestructivos, pero locos no), por lo que el resultado final resulta un tanto decepcionante, desde mi punto de vista.

Defiende la idea, eso sí (y esto si me parece muy interesante) que el dolor psíquico, el sufrimiento, las manías, la hiperactividad, la falta de inhibición sirvieron como estímulo para que muchos de estos "casos clínicos" pudieran desarrollar su creatividad, pero que también "demasiada locura" tiende a boicotear cualquier actividad creativa.

"La locura está en el ojo del observador" afirma Kottler. Sí el lo dice, será, pero no estoy yo demasiado convencido.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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