guía para calvos y no tan calvos

Opinión:

Con este título es fácil comprender que se trata de un libro para un público muy, pero que muy amplio. Es difícil que exista un hombre que no se sienta aludido, ni que observe de tanto en tanto (algunos bastante más a menudo), si hay peinadura o si todo sigue donde estaba un momento antes de la peinada.
 
Aunque a falta de otra cosa, a lo largo del libro se peinan sutiles ironías, se analizan con pelos y señales bastantes aspectos, claro que aún con todo hay temas en los que no llega hasta la raíz, más que nada porque ya no hay, y en esos casos prefiere sobrepeinar. Como no podía ser menos, también aprovecha la oportunidad de dar para el pelo a quienes intentan disimular su pelonía con algunos artificios.
 
El cine también es motivo para unas cuantas sugerencias sobre cuál debería ser el aspecto de algunas estrellas para que fuesen más rutilantes si cabe, sin necesidad alguna de brillantina y deslumbrantes incluso si hiciesen una cumplida reverencia.
 
No dudo ni un pelo en recomendar el libro a los calvos de solemnidad, pero no me atrevo con quienes todavía conservan un atisbo de esperanza, no sea que me acusen de pelicidio tras la pérdida de alguno de sus queridísimos pelillos, el cual haya preferido irse en pos de la aventura, después de escuchar tamañas carcajadas de su antiguo dueño. Bien pensado sí, que unas risas sanas tal vez no harán lucir más pelo, pero mejor que mirarse en el espejo será leer este libro. 
  
Selin