el viaje

Opinión:

El viaje  es la primera parte de una trilogía basada en trolls de la mundialmente famosa Amanda Hocking. Y digo mundialmente famosa porque saltó a la fama cuando sus obras vendieron en Amazon una cantidad altísima de ejemplares. Evidentemente, las editoriales vieron a la gallina de los huevos de oro y no dudaron en comprar sus obras para aprovecharse del filón, sin pensar mucho en qué tipo de obra estaban comprando porque una cosa son las ventas (a un dólar se compra cualquier cosa, habría que ver si hubiese vendido lo mismo si sus libros hubiesen costado quince dólares) y otra la calidad literaria.
 
Cuando me llegó el libro lo comencé con ganas, porque aparentemente prometía ser una nueva serie de fantasía con seres que hasta ahora no se habían tocado. Lamentablemente, se trata de otro monstruo clásico que ha sufrido una degradación y se ha metamorfoseado en algo que, no deja lugar a dudas, sigue el sendero de los vampiros brillantes.
 
No tardé en decepcionarme al ver que los trolls, esos seres horribles y feos, que en nuestras mentes recordaremos como los enemigos de David el Gnomo, habían sufrido un lavado de cara para convertirlos en seres bellísimos, con poderes mágicos parecidos a los superhéroes y que, por si fuera poco, viven en una especie de comuna hippy dedicándose a robar el dinero de las familias que acogen a sus descendientes durante la infancia.
 
En cuanto a los personajes, la protagonista es insufrible. Una cosa es que hayas tenido una infancia dura y otra es que tengas la personalidad de una ameba. Por supuesto, cuando conoce a Finn deja a las únicas personas que han demostrado quererla en su vida para seguirle a un mundo de magia totalmente desconocido para ella, porque claro, es mucho más lógico salir corriendo hacia una madre que te abandonó de pequeña para que pudieses robar a la familia que te acogió antes que quedarte con esa familia que te quiere. En cuanto a su uso de los poderes mágicos, tan sólo sabemos que por el momento puede manipular la voluntad de las personas, lo hace con todo el mundo… excepto cuando hay un verdadero peligro, que no lo hace.
 
Las madres: tenemos a la madre troll, una mujer que ve el futuro, lo pinta en un cuadro y que es fría e incapaz de demostrar cariño ni molestarse en explicar a su hija nada de cuanto sucede a su alrededor. La madre humana, que vive encerrada en un psiquiátrico por haber querido matar a Wendy porque sabía que ella estaba embarazada de un niño y uy, qué sorpresa, el niño desaparece al nacer y le ponen a una niña que no se parece en nada a la rubia familia como si fuese suyo.
 
Los diálogos son forzados y no muy interesantes. La narración es simple y la historia en sí, a pesar de lo mucho que prometía, no llega a ningún sitio, alargando las dudas de Wendy y encontrando que se le niega información sobre su nueva vida en un intento de dar más emoción y preparar al lector para algo importante. El final: hay una pelea se resuelve sin pena ni gloria y vemos cómo la protagonista no utiliza sus poderes para ayudar. Un final abierto que, por supuesto, está escrito así para hacer que los lectores compren la segunda parte.
 
En definitiva, un cruce entre “Crepúsculo” y “Princesa por sorpresa”, puede que guste a aquellos lectores que se inicien en el romance paranormal por su extrema sencillez, pero que esperen lo que es: una lectura que no aporta nada nuevo al lector.
 
Elena Martínez Blanco