La confesión

Opinión:

Pilar Alonso Márquez

La acción de esta novela se sitúa en Texas y, como ya sucediera en otra de sus obras, Tiempo de matar, se produce un conflicto interracial en el pueblo. Un joven negro, acusado de violar y matar a una joven blanca, permanece en el corredor de la muerte a la espera de su ejecución, prevista para unos pocos días más tarde. A su alrededor se ha tejido una maraña de intereses encontrados, que van desde el gobernador del Estado hasta la madre de la víctima, que no duda en colocarse frente a las cámaras y en utilizar su dolor como un reclamo.
 
John Grisham vuelve a utilizar sus grandes conocimientos legislativos en esta novela, al igual que su habilidad para retratar personajes y situaciones comprometidas. La lectura no resulta tan fluida como en otras de sus obras, pero sin duda atrapa el interés del lector de inmediato, ansioso por averiguar si el verdadero asesino logrará finalmente salvar al joven condenado.
 
El tema de la pena de muerte adquiere en este libro una nueva dimensión, ya que el autor se ocupa de hacernos saber lo cara que resulta una condena de ese tipo. Juicios, apelaciones, litigios, etc. se comen una porción considerable de los impuestos de los ciudadanos, proporcionando al lector nuevos motivos para plantearse la conveniencia de mantener condenas de ese tipo.
 
Pero la novela está ambientada en Texas, donde la mayoría de sus habitantes tienen las ideas muy claras sobre ése y otros asuntos, como de hecho queda demostrado a lo largo del libro. El retrato de los personajes y de su entorno es desde luego lo más suculento de la trama, una trama que mantendrá en vilo al lector hasta el último instante. 
 
Pilar Alonso Márquez

Jaloma

Grisham vuelve a hacer lo que mejor se le da, una novela sobre jueces, abogados, culpables e inocentes. De sus grandes novelas únicamente la granja no tiene bases legales. Sabe lo que le gusta a sus lectores y se lo da sin más complicaciones.

En la confesión vuelve a retomar un tema que ya utilizó en cámara de gas, la pena de muerte en Estados Unidos. En esta ocasión se trata de salvar a un inocente injustamente condenado. A diferencia de cámara de gas, en esta ocasión el sistema a fallado, se ha condenado a un inocente y el verdadero culpable anda suelto.

El tardío arrepentimiento del auténtico culpable, hace que se inicie una carrera contrarreloj para paralizar la ejecución. Grisham sabe como nadie mantener la intriga durante todo el libro, hacer que te mantengas enganchado esperando el final, si lograrán su objetivo o no.

Una vez que te lees una novela de Grisham sabes como van a ser todas las demás, el estilo es siempre el mismo. Pero quizá eso es lo que les gusta a sus lectores, una trama jurídica fácilmente entendible, que pone de manifiesto el interior de la justicia estadounidense, mostrando su funcionamiento y carencias. En la confesión no ofrece nada nuevo, únicamente cambia la historia y aún así hace que sigas el libro con interés. A mí me ha gustado, si has leido alguna otra novela de Grisham con anterioridad y no te gustó, mejor no lo intentes con ésta, porque tampoco lo hará.