todo 36-39. malos tiempos

Opinión:

“Todo 36-39. Malos tiempos” es una auténtica genialidad. Se me ocurren muchas alabanzas bien argumentadas para esta recopilación de capítulos sobre la Guerra Civil española, pero me gustaría apostar por una en particular con el deseo de que llegara a quien tiene que llegar: este volumen debería ser lectura obligatoria en los institutos porque jamás esta parte de la historia de España fue contada de forma más estupenda y real para que enganche, haga recapacitar al lector y aprenda (sí, aún hablo de los jóvenes, a los que les queda bastante tiempo –si es que ocurre- para que sientan interés propio por la historia de su país que, en principio, estudian por obligación en los institutos)
 
En capítulos realizados y publicados durante varios años y recopilados en este tomo, veremos poco a poco qué significa de verdad una guerra. Aquí no hay cámaras que recojan fotogramas realizados por intérpretes con una visión única del bando A o el bando B. No es una visión franquista ni una visión republicana, y a pesar de que el autor asegura que es partidista (quién no lo es) ha sido totalmente objetivo. Los que estén a favor de la república verán la furia irrefrenable y cerril de los republicanos a la hora de luchar, llegando a matar de hambre a sus familias con tal de no tocar el pan franquista; y los franquistas verán cómo las familias republicanas se ayudaban unos a otros hasta el punto de sacrificar lo que más adoraban bajo el miedo de ser denunciados por los propios franquistas sólo “por fastidiar”. Sí, en aquella época, lo sabemos todos, y en cualquier dictadura (o vayamos más lejos, en Salem mismo ocurrió), una denuncia falsa es suficiente para que tu vida no valga un pimiento aunque estén mintiendo. Así pues veremos lo malo y lo bueno de ambos bandos, aunque lo que perdurará será siempre la misma idea: la guerra es brutal y muy negativa.
 
Hay episodios escalofriantes, pero hay dos en particular que a mí me han estremecido. Quienes lo hayan leído enseguida serán conscientes de qué estoy hablando: uno tiene que ver con un gato, una mascota a la que la familia quiere como si fuera un hijo más y que un día cierto vecino se lo pide a la dueña porque tienen hambre. El otro tiene que ver con un niño que está muriendo de una tuberculosis (por supuesto a él se lo ocultan, quieren que muera feliz y sin ser consciente de la gravedad de la situación) y una señora fanática religiosa que decide que el crío debe ser visitado por el párroco (una forma como otra cualquiera de decirlo al niño “te estás muriendo”). Así de crudas, brutales, reales y tremendas son las escenas de “Todo 36-39”, porque no nos están contando cuentos de hadas, si no Historia y qué supone una Guerra con todas sus consecuencias.
 
Estos volúmenes de Carlos Giménez deberían leerlos los adolescentes (en mi casa hay uno que ya lo está haciendo) porque sentirían verdadera repulsión por las guerras, y como dijo Pitágoras hace más de 2.500 años, “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. A ver si aprendemos algo. Un buen paso sería que “Todo 36-39. Malos tiempos” y “Todo Paracuellos” entrara en los institutos.
 
Anika Lillo