nuevos horizontes

Opinión:

 
Finalizada la Guerra de Secesión, el Sur padeció durante años la rapiña de algunos yanquis que, bajo el liderazgo del presidente Johnson, optaron por la represalia en lugar de por la reconstrucción y la paz. La situación no fue fácil para los que habían perdido la contienda, que debieron sufrir la confiscación de propiedades, la especulación o la miseria. Con miles de tullidos y heridos vagando por las ciudades, con los precios de las materias básicas por las nubes y con los edificios que aún mostraban las huellas de la guerra… el futuro parecía ser el Oeste: miles de kilómetros aún sin explorar, interminables llanuras para el pasto o la siembra. La promesa del Oeste, a pesar de los indios que la habitaban, y que se sabían fieros, fue la opción que muchos norteamericanos tomaron tras la guerra.
 
Heather Graham termina su trilogía precisamente en ese escenario. Si las dos primeras novelas estuvieron ambientadas en pleno conflicto, esta última lo hace en los rescoldos. La autora ha vuelto a formar una pareja con un yanqui y una rebelde, las dos posiciones antagónicas de la contienda, y las diferencias siguen siendo irreconciliables a poco tiempo de su finalización. Los sentimientos aún están demasiado frescos y especialmente en el caso de Christa, del bando confederado, cuyo prometido perdió la vida durante la guerra y que es incapaz de aceptar que el Norte se alzara con la victoria. El odio que profesa a los yanquis, incluso al marido de conveniencia que se busca, es una parte esencial de la trama, y le sirve a la autora para demostrar que aún deberían pasar muchos años antes de que el Sur se recuperara y formara parte de la Unión.
 
Graham introduce además el elemento del Oeste, un proyecto casi abandonado durante los años de conflicto, en el que todas las tropas se necesitaron en el frente. Ahora el avance hacia los territorios desconocidos va a vivir un nuevo auge, y en esa conquista van a participar los dos protagonistas. La autora nos revela a grandes rasgos algunos de los entresijos de esa parte de la historia norteamericana, nos habla de las distintas tribus, con especial protagonismo de los comanches, tal vez los más belicosos. Nos habla de las reservas, del trato del hombre blanco, de los tratados incumplidos, de los enfrentamientos y las represalias… en un mundo salvaje e inhóspito que guarda una gran belleza.
 
Tampoco en esta ocasión la autora descuida la ambientación histórica aunque, a diferencia de las dos novelas anteriores, la relación entre los protagonistas adquiere una presencia mayor. Las peleas continuas y el resquemor de Christa hacia los yanquis van a causar más de un conflicto de graves consecuencias, pero también van a servir para ilustrar la encendida pasión que ambos se profesan y la definitiva aceptación de sus diferencias. Las escenas apasionadas son abundantes y bastante gráficas, pero están narradas con elegancia, sin caer en lo burdo o lo vulgar.
 
Nuevos horizontes cierra una trilogía de gran calidad, magníficamente ambientada y narrada con esmero, con personajes bien perfilados y diálogos vivaces. Absorbente, compleja y absolutamente fascinante. 
 
Pilar Alonso Márquez