la letra que no tenía trabajo
Título: la letra que no tenía trabajo
Título Original: la letra que no tenía trabajo
Autores: Javier Serrano, Miguel Fernández-Pacheco
Editorial:
SM
Copyright: © Texto de Miguel Fernández-Pacheco
© Ilustraciones de Javier Serrano
© Edicines SM, 2003
1ª Edición, Junio 2003
2ª Edición, Enero 2004
ISBN: 9788434895256
Etiquetas:
álbum
álbum ilustrado
álbumes ilustrados
autores
escritores
españoles
fantasía
fantástico
hispanos
libros premiados
literatura española
literatura hispana
premio
Argumento:
En Copenhague, el señor Eme y la señora Ene tienen una hija, pero es rara porque tiene un extraño mechón que la hace diferente de los demás. El futuro se ve muy negro para ella cuando crezca porque ¿dónde se situará? ¿En diccionarios? Imposible ¿en vallas publicitarias? No, tampoco es posible... ¿Cómo va a serlo si no parece una N ni una M? Un día alguien le sugiere que haga un viaje muy especial... ese viaje le llevará a su futuro y a su felicidad.
Opinión:
La editorial SM nos recuerda que aún está entre sus filas la segunda edición del Premio Internacional de Ilustración de la Fundación Santa María 2003 cuyo título hace rápida referencia a una letra que se usa poco porque no existe en todos los abecedarios. Para nosotros, una de las más importantes. La Ñ, esa que no está en muchos teclados del mundo y que sin embargo viene en palabras tan importantes como el nombre de nuestro propio país, España. Todo un homenaje a una letra que los hispanoblantes queremos.
Desde mi posición, agradecer que se le siga dando importancia a “La letra que no tenía trabajo” y ánimo para que los lectores se hagan con un ejemplar y se sigan haciendo nuevas ediciones.
A los niños les gustará el cuento, y también nos servirá para contarles las diferencias existentes entre algunos idiomas (fuera del mundo hispanohablante no se usa la Ñ pero también existen otros sistemas de escritura –que no tienen lo que conocemos como alfabeto o abecedario- como el cirílico, el silabario japonés, el carácter chino, el estilo árabe... incluso el braille, y así podríamos seguir introduciendo a nuestros pequeños en el fabuloso mundo de las letras que no se acaba en el romano, o sea, el nuestro).
Y si tienen vocabulario, un consejo: cuando terminéis el cuento jugad a decir palabras con eñe.
Anika Lillo
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