corazón y mente

Opinión:

La mayor parte de las personas cometemos el error de creer que el corazón es el órgano en el cual residen los sentimientos, los deseos y las pasiones. Si alguien es generoso y "buena gente" se suele decir que es una persona de gran corazón o que tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Sin embargo, está demostrado que el centro neurálgico del cual surgen nuestras emociones se encuentra en el cerebro y no el corazón. De este modo, cuerpo y mente forman un dúo homogéneo, están sólidamente interconectados.
 
Por eso, con frecuencia para conocer el cuerpo humano resulta imprescindible que sepamos qué tal se encuentra nuestra mente, cómo funciona, qué cosas nos bloquean o nos reprimen… Y viceversa, para conocer todo esto (por qué pensamos como pensamos, el origen de nuestras fantasías o deseos reprimidos) es necesario conocer qué tal lo hace nuestro organismo.
 
Así, Fuster y Rojas Marcos intentan en "Corazón y mente" explicar de manera sencilla, clara y práctica la conexión entre ambos, así como del enorme valor terapéutico que tiene la empatía en Medicina, la importancia de promover la salud tanto física como mental y la prevención.  De igual modo, ambos defienden la gran fuerza curativa del optimismo y de la capacidad del ser humano para encontrar la oportunidad durante un período de crisis.
 
Para conseguir que el libro fuera más concreto e ilustrativo Fuster y Rojas Marcos escogieron varios casos reales de pacientes que acudieron a la consulta del  primero y escogieron a Emma Reverter para que les diera forma literaria para poder ser publicados en un libro. Por lo tanto – y esto es importante subrayarlo – quien lo ha escrito en realidad ha sido Emma Reverter. En fin, cosas del marketing supongo.
 
Todos los casos tienen un nexo común: los pacientes poseían problemas médicos que tenían en parte su origen en problemas psicológicos que tienen que ver con la baja autoestima, el miedo a decepcionar, la presión de los que nos rodean, el qué dirán, las paranoias personales, las fantasías, la ansiedad, etc. Consiguiendo un libro de fácil consulta, muy ameno, escrito con mucha claridad y que resulta muy ilustrativo de lo que se quiere demostrar: que cerebro y corazón están íntima y permanentemente conectados. 
  
 
Joseph B Macgregor