El testamento del Diablo (Hércules y Lincoln)

Opinión:

En la misma línea que las cinco anteriores novelas de esta serie, en "El Testamento del Diablo", el prolífico Mario Escobar fusiona los hechos realmente históricos con la ficción necesaria para dar continuidad a la historia que nos cuenta, cosa que hace con un gran dominio de la narrativa, hasta el punto de que cualquier lector que no sea un completo erudito, difícilmente podría diferenciar ambas partes de la novela. Por suerte, el autor, como es ya costumbre en él, incluye al final del libro una explicación con la que aclara qué hechos contados son verdaderamente históricos y qué hechos son ficción.

En cualquier caso, se advierte, como en los anteriores libros de la serie, el dominio que Mario Escobar tiene de la Historia Mundial de los primeros años del siglo XX, así como de las figuras históricas que durante ese tiempo destacaron en Política, Ciencia, Artes y Pensamiento, a las que enlaza para brindar al lector una lectura combinada de los hechos históricos que enmarcan la aventura que nos va contando. Es una interesante forma de hacer que quien lee su trabajo vea la historia de una forma distinta y amena.

Sin embargo, ha de hacerse constar que tanta erudición no se hace para nada pesada, sino que da a la novela un gran interés al mezclarse con aventuras, misterio y suspense, cosa que el autor consigue usando un lenguaje que sin ser sencillo ni llano es asequible. También hay que hacer mención a la forma en que, con el uso del diálogo entre los personajes, Mario Escobar describe lo que ocurre de una forma muy natural, sin necesidad de una narración rocambolesca ni forzada que explique lo que ocurre, lo que hace que el lector siga la novela fácilmente y con atención, capítulo tras capítulo (todos ellos de una extensión corta que permite seguir el hilo a quienes tengan poco tiempo diario para la lectura, pues al final de cada uno de ellos permanece la intriga sobre lo que vaya a ocurrir a continuación).

Una novela interesante, amena, curiosa y bien trabajada, perfecta para un variadísimo público (en gustos, preparación y edad), que pone un magnífico broche final a las aventuras de Guzmán Fox, Lincoln y Mantorella al tiempo que un prometedor punto y seguido a la obra de Mario Escobar, que se consolida como autor de Best Sellers de esos que tienen contenido y no se quedan en lo puramente comercial.
 
Miguel Ángel León Asuero