El dedo de Dios (Hércules y Lincoln)

Opinión:

Nos encontramos ante una novela bastante bien conseguida que tiene varias líneas argumentales:

La primera es la investigación del asesinato de un Senador de los Estados Unidos de América, a manos de una organización secreta. Los encargados de la investigación son los detectives Hércules Guzmán Fox, George Lincoln y Alicia Martorella, que viven una gran aventura que les llevará a Washington y Nueva York en busca de los asesinos. Sus aventuras, lejos de ser fantásticas e irrealizables, son más cercana a la realidad de lo que podría ser una investigación de este tipo, sin hazañas sobrehumanas ni gestos fuera de lugar.

La segunda trama, más de corte histórico, es la que nos cuenta cómo las revoluciones más importantes de nuestra historia, entre ellas la que dio origen al nacimiento de los estados Unidos de América, tienen su base en la actuación de grupos de poder que se organizan de forma secreta para la consecución de sus fines. En concreto, se nos habla de la Masonería como heredera de la tradición templaria. Así, de forma amena y muy bien documentada, se nos cuenta cómo la fundación de dicho país se llevó a cabo a modo de rito masónico, y cómo sus principales dirigentes pertenecían a la Masonería, en toda una explicación que abarca desde la permanencia de los caballeros templarios en Tierra Santa hasta prácticamente nuestros días.

Y la tercera línea argumental es la que nos cuenta los hechos históricos que se estaban produciendo en el mundo mientras transcurre la acción de la novela. En concreto, nos encontramos en el momento en que Estados Unidos debe decidir si entra a participar, o no, en la Primera Guerra Mundial. Así, asistiremos a un escenario en el que las decisiones se tomarán no porque deban ser tomadas, sino porque sean más o menos convenientes para el futuro político de quienes deben decidirlas.

Muy conseguida la interacción de las tres líneas argumentales, y también muy conseguido el mantener al lector con interés desde el principio de la novela, con unos capítulos cortos pero intensos que mantienen y potencian las ganas de seguir leyendo, llevando a esa situación de "enganche" que tanto deseamos al empezar un libro.

Hay que destacar la profusa exposición de datos históricos, que se hace de forma muy amena, sin que resulte pedante ni excesiva y que además forma incluso parte de la trama, lo que dice mucho a favor del autor.

El resultado es una obra muy visual (casi cinematográfica) en la que el lector parece que está presenciando directamente hechos históricos de primera magnitud en compañía tanto de personajes de ficción (los detectives) como reales (Jack London, Roosevelt, Wilson…). Uno se divierte leyéndola, pero también aprende y hasta investiga (por ejemplo, yo no he podido resistir el impulso de buscar por internet datos sobre ciertos lugares sobre los que se desvelan curiosas historias, vidas de personajes reales, etc.).

Es muy de agradecer el que el autor introduzca al final de la novela una especie de aclaración donde explica qué hechos de la novela son reales (históricos) y qué hechos son ficticios.

En definitiva, una muy conseguida novela (que puede leerse de forma independiente al resto de aventuras de los mismos personajes) que mantiene el interés de principio a fin y será una delicia para los amantes de la historia más reciente y de las tradiciones mistéricas (sobre todo templaria y masónica), teniendo en cuenta que no nos habla tanto de hechos ficticios como de hechos reales e históricos.
 
Miguel  Ángel León Asuero