El espejo negro

Opinión:

Esta novela fue la ganadora del Premio de Novela Ateneo de Sevilla en 2011. Su autor, Alfonso Domingo, tiene ya bastante experiencia en esto de las letras, aunque de distintas formas: ha escrito ensayos y novelas, pero también lleva toda su vida como periodista llegando a trabajar de reportero de guerra y especializado en política internacional, y para más datos es autor de doce series documentales. En su haber, varios premios también.

En "El espejo negro" se adentra en el mundo del Arte y aun situándolo en el presente nos lleva al pasado utilizando varias voces. Al principio esto desconcierta un poco, pero es la tónica que lleva todo el libro; ora se dirige a nosotros un narrador en tercera persona, ora es el propio Bosco con textos bastante cortos (estos, además, utilizan una tipografía distinta), ora leemos el diario de Jerónimo con lo cual tenemos la impresión de que nos lo cuentan en primera persona… y así varias maneras de dirigirse a nosotros en un cóctel que no queda del todo mal al final aunque en ocasiones descoloca y puede gustar o no gustar.

También la trama de la novela tiene esa impresión de aparente desigualdad, y es que la historia se va afianzando conforme avanza e incluso hay una sensación de cambio de registro. O sea, tienes la impresión de estar leyendo una cosa y acabas percatándote de que estás leyendo otra: de hecho finaliza como un thriller, aunque no lo ha sido en todo momento.

Hay momentos en los que se le nota su faceta de documentalista, sobre todo al tratar el Arte pues es ahí donde -ya hable del pasado o del presente- se explaya con más datos. Estoy segura de que no se le ha escapado nada.

La parte más extraña radica en la que concierne al secreto que esconde Jonás y la ballena y todo lo que hay a su alrededor, por ejemplo el hombre que contrata a Jerónimo para que haga la copia.

No puedo daros detalles pero por aquí pululan nombres -muchos sólo de pasada, ojo- que sugieren otro tipo de lectura, como Hermes Trimegistro, el conde de Saint Germain, madame Blavatsky…

Reconozco que aunque suene extraño porque este libro no va de él (y además a mí me tira lo esotérico), las partes que al final me han interesado más tienen que ver (1) con Felipe II, y es que "El espejo negro" está lleno de historias, no se limita a una sola, si acaso tiene al Bosco y a una de sus pinturas como leit motiv para armar la estructura de toda la novela; y (2) la que habla de los campos de concentración, pues Jerónimo Díaz es víctima política de Hitler y sus secuaces.

Y puestos a hablar de lo que me gusta… más que el protagonista, me gusta la pareja que hacen el anciano Jerónimo Díaz y su sobrina nieta Himiko.

Entre otras cosas Alfonso Domingo nos habla del mundo del Arte, también de la parte oscura, de los ricos, de los trepas, de los engaños… Eso en cuanto a la actualidad, cuando nos lleva al pasado si no es de la mano de Jerónimo Díaz o de los embajadores que escribían a su Majestad para contar lo que habían averiguado de las obra del Bosco (por suerte textos cortos), lo hace hablándonos del propio Bosco en tercera persona, pero ahí es donde a una se le quedan ganas de más. Curiosamente cuando habla él es cuando menos interesante me parece la historia. Extraño.

Un detalle que puede no ser significativo pero que al haber caído en mis manos… ya sabéis, me fijo en todo. Para mí las citas que anteceden a un capítulo deben tener una relación obvia con lo que viene a continuación, de lo contrario tengo la impresión de que se ponen por adornar. Hay pocos que sepan acertar. En el caso de esta novela no he visto prácticamente relación en ninguna parte. De tenerla, demasiada rebuscada resulta. A mí me han sobrado.

Antes de terminar, una advertencia: no te acerques al "El espejo negro" creyendo que se trata de un libro histórico porque no lo es y te llevarás una decepción, este libro tiene Historia pero también ciertas dosis de esoterismo, aunque estén un poco de adorno. Ahí y en algunos personajes radica el misterio. Y diría que el punto fuerte está en cierto personaje que aparece en buena parte del libro y está en la vida de Jerónimo Díaz y en la de Javier Carreño… y no es Himiko.

Por cierto, yo también querría a veces un espejo negro. Qué significa tendréis que averiguarlo leyendo el libro, que está muy entretenido.

Anika Lillo