sorry

Opinión:

Normalmente cuando termino de leer un libro que va a tener reseña, suelo tener una pequeña rutina de trabajo. Al leerlo, he ido haciendo alguna anotación de algo que me haya dejado huella (para bien o para mal), me he ido quedando con las sensaciones que me produce la parte inicial, central y final y suelo dejar algunos días antes de hacer la reseña final para ver qué se me ha quedado realmente de la novela. Pero hay casos, y con Sorry me ha ocurrido, que es cerrar la última página y tener necesidad de poner por escrito cómo me ha dejado y qué he leído.
 
Todo esto sin fuegos artificiales, sin efectos especiales y algo que me ha sorprendido mucho, y es que para ser una novela con un asesino, no tiene escenas de sangre gratuitas, hay algo de sangre, no lo niego, pero lo importante ha sido cómo el autor ha dibujado esas escenas, haciendo que sean las imágenes que nos transmite lo que realmente mida la magnitud de la tortura y del asesinato. Y es que la historia, sería más acertado decir historias, se desarrolla con calma, degustando las escenas, los diálogos entre los personajes, la culminación de la trama, algo bastante alejado a lo que se está acostumbrado en este género.
 
Aquí, en mi opinión, lo que el autor quiere hacer es trasladarnos la inquietud, el no saber cómo actuar, el verse sobrepasado por la situación, lo haga su narración. Y es que la forma en que el señor Dvrenkar lo realiza, permite meter al lector de lleno en la vida de los amigos, e incluso hacerte sentir como el asesino. Para ello la novela se divide en capítulos que llevan el nombre de cada uno de ellos e incluso los dedicados a la visión del asesino se titulan “Tú”. Y será desde esa visión desde la que nos sintamos más perturbados, ya que los amigos crean una empresa para pedir disculpas en nombre de una tercera persona, léase ante un despido de un empleado, una ex novia, etc., pero este asesino lo toma al pie de la letra y pretende que ellos lo hagan con la gente a la que asesina.
 
Tampoco podría decirse que sea una novela de investigación, aunque sí hay una búsqueda de este asesino por parte de los amigos, pero es sólo porque se ven arrastrados por los problemas morales que les plantea la situación de petición de disculpas y posterior deshacerse del cadáver. Y quieren de alguna manera acabar con el trabajo que se les ha encargado.
 
Atrae, en buena parte, la amistad que tienen estos cuatro amigos y cómo van a ir confluyendo en sus vidas hasta la creación del negocio de las disculpas. Vamos a conocer perfectamente a estos personajes y de esta manera ver de manera más sensible cómo se van transformando a lo largo de la novela y cómo van enfrentando la situación a la que se ven abocados. Así mismo, a modo de flash back, se nos hace llegar la información necesaria para poder comprender al asesino y de dónde viene su afición, por llamarla de alguna manera.
 
Sólo queda decir, que para hacernos una idea de cómo me enganché a la trama, de las 432 páginas, más o menos la mitad me mantuvieron despierto hasta las 3 de la mañana, y porque había que ir a trabajar, que si es fin de semana, no duermo hasta terminarlo.
 
Por todo esto y mucho más es por lo que creo haber encontrado una de esas novelas que merecen ser leídas, degustadas y paladeadas, no por su efectismo, sino por lo que realmente importa, su historia y la manera de contarla. Fascinante. 
 
Fernando Martínez Gimeno