El amante

Opinión:

"Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde", afirma Marguerite Duras al inicio de "El amante", su novela más recordada, que ahora la editorial Austral rescata en una nueva colección. Esta breve novela -de poco más de cien páginas- relata de forma autobiográfica la infancia de la autora en Saigón, la Indochina, durante la época colonial. Una novela transgresora y valiente tanto a nivel de contenidos como en cuanto a la forma literaria, por eso a día de hoy se ha convertido en un clásico de las letras francesas y el nombre de Marguerite Duras sigue asociado al nouveau roman, ese movimiento que renovó la novela en Francia cuando más falta le hacía.

En "El amante", Marguerite Duras recuerda el calvario que vivió con quince años en Saigón, tras la pérdida del patrimonio familiar debido a unas malas inversiones de su madre. Precisamente una madre que, habiendo perdido a su marido, deposita toda la confianza en su hijo mayor, quien no tarda en convertirse en un hombre alcohólico e irresponsable, anegado por la situación. De hecho, es él quien le hace la vida imposible a Marguerite y a su otro hermano, que viven con temor a la violencia y a la ferocidad del mayor.

Asimismo, Marguerite Duras recuerda el único recurso que encontró para huir por un lado de la pobreza y por otro lado de la familia: un romance. En más de una ocasión ella afirma no haber conocido el amor en aquella época, pero eso no quita que un romance -o un amante de carácter exclusivamente sexual, como quieran llamarlo- fuera la opción más necesaria. Una mañana, en un trasbordador por el Mekong, de camino a la escuela, Marguerite conoce a un hombre chino que presume de una gran riqueza. Sin dudarlo, la muchacha de quince años acude a los brazos del hombre, quien se dedica a concederle todo tipo de facilidades y caprichos: un chófer privado, restaurantes, etc. No obstante, las diferencias de edad y de raza se convierten en un grave problema para ambas familias.

El estilo literario de Marguerite Duras es tan moderno que podría considerarse uno de los precursores de la posmodernidad. Ella huye de los flujos de conciencia y de la narración lineal para dar paso en su novela a una narración completamente fragmentaria, formada por pequeños recuerdos que el lector debería juntar para recrear la historia real. Esto, añadido al alto componente sentimental de la obra, convierte a "El amante" en una novela de culto que todas las generaciones deberían leer.

Darío Luque