Anika entre libros

pongamos que hablo de joaquín

Ficha realizada por: Lidia Casado
pongamos que hablo de joaquín

Título: pongamos que hablo de joaquín
Título Original: (pongamos que hablo de joaquín, 2011)
Autor: Joaquín Carbonell
Editorial: Ediciones B


Copyright: © Joaquín Carbonell 2011
© Ediciones B S.A. 2011
1ª Edición, Junio 2011 ISBN: 9788466641357
Etiquetas: ensayo música

Argumento:


En primera persona, el periodista y cantautor Joaquín Carbonell reconstruye la imagen pública y privada de Joaquín Sabina. A través de sus propios recuerdos y conversaciones con el compositor y cantante, de entrevistas con quienes han estado a su lado a lo largo de los años y de numeroso material documental (testimonios de webs personales, letras de canciones, poemas, reseñas, críticas, entrevistas en prensa…) el autor pretende acercarnos, de una manera personal y cercana, a uno de los mejores letristas de la historia de la música española. Y lo consigue.

Opinión:


Probablemente no haya nadie en España ni en Latinoamérica que no sepa quién es Joaquín Sabina. Casi tan pocos como aquellos que jamás hayan oído una de sus canciones. Probablemente serán millones los que puedan, incluso, cantar alguna (o varias) y otros tantos los que tengan alguno de sus discos. Y es que, te guste más o menos, prefieras los discos del comienzo de su carrera o los últimos, opines que esta canción es infinitamente mejor que esta otra, juzgues que su personalidad debería ser de tal forma o que, como persona, es un tal o un cual… lo cierto es que Joaquín Sabina es uno de los grandes nombres de la música española. Y un buen puñado de sus canciones forma parte de la banda sonora musical de muchos. 

Pero más allá de sus canciones y de su carrera estrictamente profesional, son muchos los rumores, chismes, leyendas y verdades que completan la imagen pública de Sabina. ¿Hasta qué punto son reales? ¿Es tan canalla, mujeriego y vividor como parece? ¿En qué se parece el personaje a la persona? ¿Cómo es en el trato personal? Todas estas cuestiones encuentran respuesta en Pongamos que hablo de Joaquín, una obra que aúna lo público y lo privado para completar el dibujo de un gran artista que se ha ganado a pulso su puesto en la historia. 

El autor, Joaquín Carbonell, conoce a Sabina desde 1978. Es admirador, ha asistido a muchos de sus conciertos, ha cantado con él, tomado copas con él, dormido en su casa… Todo ello le permite hablar del Joaquín Sabina más cercano, más personal, más doméstico (si es que Sabina pueda ser considerado doméstico) y hacerlo en primera persona. A toda esa experiencia personal, Carbonell suma una amplísima documentación que incluye desde críticas, reseñas, reportajes o entrevistas en prensa hasta testimonios extraídos de diferentes webs (como la Pancho Varona, por poner un ejemplo). Además, el perfil de Sabina se completa con entrevistas realizadas por el propio Carbonell a muchas de las personas que fueron importantes para el cantautor en un momento determinado de su vida así como por esbozos de otras que no aparecen directamente pero que resultaron cruciales para la trayectoria del cantautor, como las mujeres que se hicieron un hueco en su corazón. Asimismo, Carbonell aporta un enriquecedor puñado de documentos gráficos compuesto por fotografías a color, pases de conciertos, entradas, carteles promocionales… que ayudan a situar la relación de los dos Joaquines a lo largo del tiempo. Finalmente, el autor analiza algunas de las canciones y poemas de Sabina, sobre todo aquellos que contestan a críticas recibidas por el artista, provocaciones a las que suele responder con sus rimas más sarcásticas (y ciertas). 

El autor desgrana la imagen pública de El Flaco (como se conoce a Sabina en Argentina), cotejándola con su obra y con las aportaciones de quienes han estado cerca de él, desde Javier Krahe, hasta su ex manager Paco Lucena, pasando por el profesor Francisco Domínguez, de la Universidad de La Rioja (experto en la obra de Sabina) o ex secretarias del artista, como María Ignacia Magariños. Completa así su acercamiento (siempre personal, desde la admiración y el cariño) a la figura de Joaquín Sabina, ofreciendo detalles poco conocidos sobre su forma de relacionarse con los demás o su manera de componer. 

Pongamos que hablo de Joaquín  se configura, así, como un gran compendio de informaciones diversas, procedentes de muy diferentes fuentes, opiniones y vivencias que arrojan luz sobre el artista de Úbeda, de quien conoceremos, a lo largo de la obra, un sinfín de anécdotas, experiencias y curiosidades que cumplen con el objetivo del libro: descubrir quién es Joaquín Sabina

Este exhaustivo recorrido por la vida del cantautor está organizado con una cierta lógica cronológica, aunque es inevitable que se produzcan saltos en el tiempo e incisos que avanzan sucesos que se relatarán más tarde. En él, Carbonell avanza desde un esbozo de su infancia en Úbeda hasta el Joaquín de hoy, pasando por su estancia en Londres, sus primeros pasos en España, su matrimonio, sus primeros éxitos, sus grandes canciones, su reconocimiento internacional, su compromiso social y político y el ictus que le cambió la vida en el verano de 2001. Todo ello narrado con un humor y una ironía que se muestra de manera excepcional en los títulos y subtítulos que van configurando el armazón de la obra. 

Las diferencias con otras biografías del cantautor publicadas están en que no está basado en entrevistas personales con él (aunque Carbonell advierte que Sabina leyó la obra antes de ser publicada y que le felicitó por ella), sino en vivencias y experiencias compartidas y en encuentros con gente cercana y, en segundo lugar, en la ingente cantidad de documentos de lo más variado que logra recopilar. 

Como admiradora de Sabina, he disfrutado muchísimo la lectura de esta obra y me ha permitido conocer, no sólo anécdotas personales del cantautor, sino también muchos datos que ignoraba, como la mezcla de ingenio e intenso trabajo de perfeccionamiento y corrección que aplica a todas sus creaciones (y que contradice parte de su proyección mediática de vago y juerguista), su inmenso bagaje cultural y literario o algunas de sus manías y rarezas (como esa aversión por la tecnología que yo desconocía o que nunca haya contestado una carta de un fan). Más allá de la imagen de canalla, vividor y mujeriego (con un puntito misógino) que Joaquín Sabina trasmite con su vida y sus canciones, Pongamos que hablo de Joaquín me ha permitido ahondar en la persona que hay detrás del personaje. Ambos comparten muchas vivencias y características, pero la persona siempre será más atractiva que la figura pública. Por mucho éxito y reconocimiento que ésta consiga.
           
Lidia Casado

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Si te gustó este libro, también te puede interesar...

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar