crónica negra de españa

Opinión:

Muchas son las preguntas que me han asaltado –como nos ocurre cada vez que leemos el periódico o vemos informativos con noticias referidas a crímenes, corrupción y delincuencia en general- mientras leía este libro. Y se quedan en preguntas porque nadie tiene la respuesta, ni siquiera Jorge Cabezas, que a pesar de dar todos los datos no puede explicarnos –ni explicarse- cómo es posible que los asesinos (incluso confesos) salgan a la calle, que no se tomen medidas preventivas o que simplemente las leyes vayan más rápidas para que los violadores y pederastas no tengan tanta facilidad para seguir delinquiendo cuando ya tienen denuncias que se quedan en el limbo por culpa de malas gestiones judiciales o de archivo. Y lo intenta. Jorge Cabezas trata de desmenuzar la información aportándonos datos para que veamos dónde están los fallos, pero a veces unos solapan a otros, el criminal hace trampa o simplemente la justicia va demasiado lenta y nos encontramos con que los criminales tienen la suerte de su parte, y las víctimas están desprotegidas.
 
El estado de indefensión en que te encuentras cuando lees el libro es el que debería hacer que consiguiéramos que se cambiaran las leyes, pero como dice el autor –opinión compartida por miles de ciudadanos, millones quizás si hablamos del planeta- hasta que una de estas experiencias horrorosas no les pase a los altos jerarcas, altos mandos, y poderosos de los gobiernos, no se hará nada al respecto.
 
Al hablar de la nueva delincuencia no se deja ni las nuevas modalidades de asalto extranjero de todos los países que con la inmigración se han instalado aquí (ojo, no peca de xenófobo, pero sí es cierto que cada país tiene un –o varios- modus operandi a la hora de delinquir y por eso lo expone detalladamente) y eso viene con el narcotráfico, los asaltos a casas o negocios con torturas y agresiones, las violaciones, la prostitución y un largo etcétera (incluyendo las bandas callejeras). Y a uno se el cae el alma al suelo leyendo uno detrás de otro más de lo mismo, no por aburrido, sino porque hay tanto criminal, tanta corrupción dentro de nuestra propio estado, y tantos casos que han quedado injustamente sin resolver, que resulta desolador.
 
Lo que tiene “Crónica negra de España” es que se lee con ligereza, su amena reconstrucción de los hechos donde no falta la información pero tampoco se alarga innecesariamente hacen de éste un libro de lectura rapidita. Si yo no lo he leído de tirón es porque me afectaba demasiado su contenido. Una cosa no quita la otra.
 
Los casos más conocidos pasarán por nuestros ojos (el secuestro, violación y asesinato de la pequeña Mariluz, el asalto con paliza grave al productor José Luis Moreno, la burbuja inmobiliaria que permitió Jesús Gil en Marbella dando espacio y poder a narcotraficantes, casos de joyeros que han salido muy malparados y aún recordaremos de los informativos, los casos de Ávaro Ussía, Wilson Pacheco y muchos etcéteras tanto o menos conocidos) y un intento de explicar por qué funciona tan mal la Justicia en estos casos también; de eso se encarga al principio, cuando nos explica que el refuerzo por acabar con el terrorismo (GRAPO, ETA, etc...) en nuestro país dejó muchas lagunas. Tanto esfuerzo por acabar con esto hizo que lo demás quedara en pañales, incluyendo lo referente al crimen organizado. Y ahora lo estamos pagando, claro.
 
Delincuencia que viene de albano-kosovares, rumanos, árabes, latinoamericanos, búlgaros y marroquíes especialmente (“España es lugar de asentamiento de delincuentes procedentes de Rumanía, Colombia, Marruecos, Lituania, Bulgaria y Rusia. Y lugar de estancia y actuación de delincuentes albanos, franceses, italianos, británicos y holandeses”. pag. 223), y que nos muestran que el cine no ha inventado ningún horror, que éste se lo traen puesto en la maleta cuando pisan libremente nuestro país, y que lo sacan en forma de palizas y torturas (a niñas y mujeres incluidas) para conseguir sus metas, para luego quedar demasiadas veces impunes. Y muchos de estos, con la inestimable ayuda de desgraciados españoles de los que no se puede decir nada bonito.
 
Jorge Cabezas expresa su preocupación con conocimiento de causa, no habla sólo de boquilla, él mismo presenció una persecución que se grababa para un reportaje de Antena 3 en torno al tráfico de drogas en el estrecho. Y por supuesto nos advierte: nuestra policía es buena, muy buena, pero está muy mal pagada, apenas tienen presupuesto, y encima tiene un cáncer dentro: Policías Nacionales, Inspectores, Guardias Civiles, Capitanes y Tenientes Coroneles corruptos que trabajan desde el otro lado, desde el lado oscuro.
 
Como anécdota comentar que cuando leí que en mi pueblo (La Eliana) se descubrió el dulce hogar de uno de los cabecillas más importantes de los robos que se estaban produciendo por aquí, me di cuenta de lo cerquita que convive el horror con nuestros hijos. Aquí he visto cosas muy feas, pero muy separadas en el tiempo. No puedo imaginarme cómo será vivir en sitios como Torrevieja donde tienen el récord de asesinatos en España por culpa de la delincuencia.
 
Anika Lillo