tierra tragica

Opinión:

En Norteamérica, Erskine Caldwell es considerado uno de los mejores escritores de la llamada “generación perdida”. Sin embargo, en nuestro país no es tan conocido como otros compañeros de generación como Hemingway, Faulkner o Steinbeck y sus novelas son casi imposibles de encontrar. Actualmente, sólo está disponible “La Ruta del Tabaco”. Para acceder al resto de su novelística hay que acudir a tiendas de libro antiguo o de ocasión, algo que me parece absolutamente injusto con un autor que efectivamente me parece absolutamente genial y que puede interesar a muchísimos lectores.

“Tierra trágica” es una novela de personajes. No es que la trama no tenga importancia ni interés. Para nada. Pero sin duda una gran cualidad de Caldwell como escritor es el perfecto dibujo de los protagonistas de la historia, de unos seres absolutamente desarraigados, embrutecidos por las penosas condiciones de su mísera existencia, que parecen haber perdido cualquier sentido de la moral o de la ética, pasivos, llenos de sueños pero sin realmente hacer el más mínimo esfuerzo para salir de su situación.

Sin embargo, si nos quedáramos en esto, tampoco tendría nada de especial. Muchos otros autores han hecho algo parecido. Pero la grandeza de Caldwell consiste en saber mantener en todo momento un tono nada melodramático, una especie de alegría de vivir en mitad de la penuria.

Todo está narrado a través de los diálogos de los personajes, dotados siempre de un especial sentido del humor, que al principio choca un poco pero que conforme vamos avanzando en la lectura se nos va haciendo más placentero. Nunca nada se sale de madre y aunque suceden hechos dramáticos siempre aparecen en un tono claramente tragicómico.

Esto no significa que el autor no de importancia a los problemas de Spence y Maud. Son ellos los que parecen no dar demasiada relevancia y trascendencia a las que cosas que le suceden. Un ejemplo: Spence descubre a su hija Libby haciendo el amor con su novio en la habitación. Lejos de hacer un drama de eso, se sienta a charlar con ellos como si tal cosa. Y como la narración está contada a través de ellos, el tono de la narración es siempre distendido y muy agradable.

Pero que no se piense por ello que Caldwell es un escritor superficial, que no profundiza en los problemas sociales de su país. No es así. Siempre estuvo preocupado por los sectores más miserables de la sociedad americana y son estos los que protagonizan la mayor parte de sus novelas. “Tierra trágica” es un buen modo de conocerle.