100 españoles y el sexo

Opinión:

Actores, políticos, escritores, prostitutas, cantantes, directores de cine, médicos… todos tienen cabida en esta obra, en la que cada uno de ellos narra sus experiencias con el sexo.
 
La represión franquista, los censores, la época del destape, las suecas y el seiscientos, la religión, las comunas, la Transición, el auge del porno… un recorrido por los últimos cincuenta años de nuestra historia con el sexo como nexo común y cómo vivió cada uno de los personajes ese aspecto de su vida.
 
Entre ellos figuras de la talla de Alfredo Landa, Manolo Escobar o Mariano Ozores, codeándose con Jose Luis Coll o José María Íñigo. Pero también Manuel Fraga, Santiago Carrillo o Luis Eduardo Aute. Todos ellos tienen historias bastante similares que contar que no dejan de sorprender al lector de nuestros días, especialmente a aquellos que no llegamos a padecer ese tipo de represión.
 
Las intervenciones de los cien participantes siguen un orden más o menos cronológico que ilustra la evolución del sexo a lo largo de nuestra historia más reciente, con testimonios en ocasiones duros, en otras muy tiernos y en muchas con sentido del humor.
 
Pero hay también personajes más recientes en el panorama de actualidad, como el actor porno Nacho Vidal, o los escritores Juan Eslava Galán, Francisco Umbral o Lucía Etxebarría. Aunque no sólo de caras famosas se nutre este ensayo, también aportan su testimonio personajes más o menos desconocidos, entre ellos prostitutas, vedettes, psicólogos, la directora de la sala Bagdag o la sobrina del cardenal Rouco Varela, por mencionar sólo algunos.
 
Es evidente el carácter sociológico de este trabajo, donde a través de los testimonios de un centenar de personas, nos permite hacernos una composición de la evolución de la sexualidad en nuestra sociedad.
 
De todos modos, pese a lo sumamente interesante que me ha parecido, lo he encontrado un tanto repetitivo. Muchas historias, sobre todo al comienzo, son tan similares que casi parecen la misma con distintas palabras. Casi todos ellos hablan de la represión a que se veían sometidos y cómo cada uno consiguió lidiar con un tema tabú, pero he echado de menos la participación de algunos personajes que hubieran tratado de defender la postura dominante de entonces, más que nada para conocer la otra cara de la moneda, en qué se basaban o cómo justificaban la imposición de esa doctrina. Exceptuando un par de intervenciones más bien ligeras en ese sentido, el resto son historias muy similares que hablan de represión y de apertura, en ocasiones traumática, tras la Transición.
 
La última parte, la que más se acerca a nuestro momento histórico, es tal vez la menos atractiva, quizá porque la hemos vivido más de cerca o porque, a estas alturas, ya casi nada puede sorprendernos. Aquí hay testimonios más variados que trazan no obstante la línea de una sexualidad mucho más abierta, más acorde con nuestros días y más plural.
 
No hay duda de que David Barba ha realizado una ingente labor para recopilar todos estos textos y ofrecernos un recorrido por la sexualidad de nuestro país de un modo muy ameno.
 
Pilar Alonso