Dad 1. Niñas de papá

Opinión:

Confieso que "Dad" me ha encantado y me la he leído en un suspiro (mientras desayunaba), y estoy segura de que os encantará también a vosotros, porque estamos bastante acostumbrados a todo tipo de familias, y cuando se trata de cuidar a varios hijos en solitario, generalmente vemos madres, o quizás alguna vez algún que otro padre, pero aquí la curiosidad es la diferencia absoluta entre sus hijas. Físicamente, y de carácter, son mundos aparte, y al menos en este primer tomo conocemos  a la madre de una de ellas, la mayor, Pandora.

Pandora es seria, estudiosa, alta, delgada y tiene el pelo negro. Ondina es la que le sigue, lleva el pelo rosa y su mundo está resumido en chico-quiere-a-chica (o sea, amores y ligues) pero todavía es demasiado joven así que su padre hará de las suyas para vigilarla. La pequeña, pero bien lista, es Roxane, tiene el pelo rojo, es deportista y espabilada, y por último está Bebeatriz, la bebé, una pequeña mulata de pelo castaño que consigue, al menos, hacer que Dad en ocasiones se sienta de nuevo como un niño.

En "Dad 1. Niñas de papá" vemos cómo se las apaña un hombre para ocuparse de sus hijas -estudios, ligues, demostrar que él aún es joven, etc.-, pero también tenemos algún que otro viaje al pasado para recordar cómo fue. Dad es actor, tuvo algún éxito y ahora como mucho consigue anuncios publicitarios, pero no ceja en su empeño. El que esté solo, sin ninguna mujer a su lado, mantiene cierta intriga. ¿Por qué se las quedó él y no hay custodia compartida o viven con su madre? En este tomo sólo vemos a una de las madres y… claro, si la niña es seria ¿cómo será la mamá?

Muestras interiores (de la web editorial)

Es una historia de historias amena, divertida en realidad, a veces provoca ternura pero también te hace reír. Las propias niñas provocan momentos en que tienen a su padre como víctima de sus bromas. Es una historia para todas las edades: puedes disfrutarla tú pero también tus hijos. De hecho sería crossover: juvenil con la que disfrutan los adultos.

El dibujo también me ha gustado mucho, es simpático y reconocible, muy de tebeo clásico español (de los que leíamos siempre, Zipi y Zape, Pancarta, etc.) pero con esa mezcla del tebeo francés al estilo "Ombligos" de Maryse Dubuc. Cuerpos estilizados (no quiere decir que sean cuerpos perfectos), mucho colorido, bastantes de relaciones personales, y humor (ni chabacano, ni absurdo).

Yo lo recomiendo a todos, desde los adolescentes a los nonagenarios. ¿Por qué no? Es un humor actual.

Anika Lillo