Relatos con nombre de mujer

Opinión:

Edgar Allan Poe tiene diversos escritos, y no todos versan sobre mujeres, pero sí es bastante particular a la hora de expresar sus sentimientos y sensaciones respecto a las féminas. En él se puede observar parte de su propio carácter o incluso de su vida -en uno de sus relatos el personaje masculino se casa con su joven prima que, como en su propia vida real, muere joven dejándolo desolado-. A este tipo de detalles se dedica María del Mar Rivas Carmona: hace una cirugía de su obra recogida en este volumen de cada uno de los relatos.

Este libro es de esos que apetece leer más de una vez, y no sólo los propios relatos, también el estudio crítico, dado que podemos comprender más y mejor, o quizás ver algo que nos pasó por alto si lo leímos demasiado rápido.

En "Berenice" veremos esa similitud entre su vida y la de ficción: Berenice es la joven prima del protagonista. En este relato vemos una terrible obsesión del narrador que se focaliza en los bellos dientes de la joven, a tal punto que nos dejará un final sorprendente y espeluznante.

En "Morella" veremos de nuevo una coincidencia con la vida de Poe: la bella Morella está sufriendo una enfermedad que la llevará a la muerte, pero precisamente ella casi le maldecirá por no haberle amado en vida como se merecía, haciendo que nuestro personaje masculino sucumba a cierta locura.

En "Ligeia" idealiza hasta el máximo a la mujer culta que admira más que a sí mismo (posiblemente por cómo era es más que probable que al mismo tiempo la detestara, dicen algunos), y ese mismo idealismo hace que cuando ésta falte y él vuelva a casarse (esta vez con Lady Rowena), se sorprenda a sí mismo de lo que le hizo pasar a su segunda esposa, empezando por hacerla vivir y prácticamente morir en una cámara nupcial macabra que físicamente provocaría el terror de cualquiera. Habla de cómo abandonó literalmente a Rowena para, al final, creer que le queda un hálito de vida y hacer algo al respecto. Pero "Ligeia" es como un vampiro, no desparece tras su muerte.

El último, "Eleonora", es el que menos ha llamado mi atención, y sin embargo es una historia de fantasmas.

A lo largo de los relatos vemos cierta obsesión enfermiza por las mujeres, algo que supera al amor, distinto, más neurótico que sano. Es como si las amara y odiara al mismo tiempo, o como si no supiera amar como los demás y sus obsesiones guiaran sus relaciones. Todo esto hace de esta pequeña colección una recopilación de lo más interesante, a la par que macabra.

"Relatos con nombre de mujer" pertenece a una colección de Alfar dedicada a publicar libros con letra grande, para aquellos que están hartos de dejarse la vista en los libros (un gustazo, señores)

Anika Lillo