Poeta en Granada. Paseos con Federico García Lorca

Opinión:

Seguramente nadie en este país conozca y domine tanto la historia de Federico García Lorca como Ian Gibson. Por eso, al caer en tus manos este ejemplar, ya sabes que vas a encontrar una serie de aspectos básicos y fundamentales en su larga obra bibliográfica como son el impecable trabajo de investigación, una gran cantidad de información de primera mano y un tratamiento de esta fiel, veraz y atractivo.

Lo primero que te transmite este libro cuando comienzas a leerlo es que estás conociendo Granada palmo a palmo, que te están llevando de la mano por sus rincones más carismáticos  y que encima estás disfrutando del placer de encontrarte a Lorca y su esencia en cada uno de ellos.

Sinceramente y sin miedo a parecer exagerado, puede que estemos ante uno de los libros mejor descritos y narrados de este año. La narración se apoya en una estructura muy completa en la que todo está hilvanado para pasar de un lugar a otro sin que dé la sensación de que estamos presenciando una sucesión de escenarios y acontecimientos sin conexión alguna.

Ian Gibson nos acerca tanto a Granada como a Lorca, creando un vínculo entre ciudad y escritor que resulta mágico. Así podremos acompañar al gran poeta desde su niñez hasta que se convierte en el personaje que fue y que hoy en día todavía es estudiado y admirado.

Es un trabajo con mucho encanto, que transmite todo el cariño que le profesa el escritor a Federico García Lorca, en el que se advierte la pasión y el respeto con el que maneja la información y nos la ofrece.

Sin duda es una publicación que te engancha de principio a fin y que realmente te deja con ganas de saber más y más, de seguir consumiendo más vida, más anécdotas, más acontecimientos del poeta granadino. Es muy fácil de leer, y aunque sea tremendamente descriptiva, no cae en el error de saturar de información al lector.

Por ello, creo que estamos ante uno de esos libros que nunca olvidarás, y que lo has leído porque te pegó al sillón y no te dejó escapar de las calles de Granada hasta que terminaste su última página.

Pablo Díaz