Anika entre libros

lecciones para una liebre muerta

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: lecciones para una liebre muerta
Título Original: (lecciones para una liebre muerta)
Autor: Mario Bellatin
Editorial: Anagrama


Copyright: Colección Narrativas Hispánicas ISBN: No definido
Etiquetas:

Argumento:

El poeta ciego narra en su cuadernillo de las cosas difíciles de explicar, la existencia de una ciudadela en donde recluyen a enfermos terminales para evitar el contagio del resto de la población, pero antes de escribir esta historia y descubrir la ciudadela real y escribir sobre ella, se dedicó a peregrinar por la costa del país.

Un escritor, quizá el propio Bellatin (o en su caso un Bellatinficticio) viaja a una residencia de escritores de Ledig House, junto al valle del río Hudson en Estados Unidos, para escribir una novela. Posee una mano artificial, marca Otto Bock. Y habla de los sueños que le cuenta su hijo.

Alguien (quizá el mismo escritor que marcha a Estados Unidos para escribir su nueva novela) recuerda las historias que le contaba su abuelo, mientras ambos paseaban por el zoológico, sobre una mujer llamada Macaca, historias centradas en la relación sentimental de ésta con un fabricante de zapatos, no demasiado ortodoxo (¡¡¡un oriental que podría ser… el mismísimo Bruce Lee!!!) o en su obsesión por los jardineros. De igual modo, recuerda también cuánto le impresionaba escuchar a su abuelo hablar el quechua.

Un traductor (que ha traducido entre otros a Kafka, Mann, Caneti...) recibe la noticia de que su hermana Literata ha muerto. Esta había adoptado a los mellizos Kuhn, unos niños que fueron encontrados en unos acantilados, junto al mar, sin brazos ni piernas.

Pero éstas no son las únicas historias que se intercalan o entrecruzan en este puzzle de infinitas posibilidades.

Opinión:

Aunque lo cierto es que este libro me ha gustado bastante, también es verdad que se me antoja demasiado cerebral. El interés de Bellatin por sintetizar al máximo lo que quiere contar, por encontrar la manera más simple o más económica de narrar sus historias breves, me parece un arma de doble filo: por un lado, el texto gana en agilidad (se lee muy bien) pero por otro, me trasmitió bastante frialdad. En cierto modo, me daba da la impresión de estar leyendo una especie de improvisado cuaderno de notas, en donde el autor esboza ideas que luego intenta exprimir hasta agotarlas para saber cuánto pueden dar éstas de sí, en una especie de extravagante experimento técnico-narrativo que exige además bastante complicidad y una cierta disposición previa por mi parte a participar en el juego que Bellatin me plantea honestamente, desde las primeras páginas de la novela.

Y todo esto enlaza directamente con otra opción, que pienso se deduce más o menos indirectamente del modo en como el autor estructuró su narración, y que a mí al menos sí que me estimula un poco más: la posibilidad de que Lecciones Para Una Liebre Muerta sea una de esas novelas que además de para leer sirven también para jugar, muy entretenidas pero no en el sentido que habitualmente se le da a este término (al menos no como puede serlo una novela de misterio o policíaca, o una intriga de John Le Carré) sino en el más lúdico de la palabra. De alguna forma, el libro es una suerte de puzzle de mil piezas que exige una participación activa por mi parte en el proceso de construcción final del texto narrativo o lo que es lo mismo: aceptar las reglas del juego que Bellatin me ha planteado desde un principio. Y estás no son más que no me limite a leer pasivamente, a tragar información, sino que de alguna forma intente dejarme llevar y disfrutar de las historias, participar de ellas activamente, entremezclarlas, tratar de encajarlas unas con otras, intentar encontrar el lazo que las une (la liebre muerta del título quizá).

Además es de esos libros, que uno puedo abrir por cualquier página que siempre va a encontrar un párrafo interesante, una historia sugerente, un trocito de imaginación para llevar adelante el día a día ("Libros para picotear" los llaman algunos).

Pese a todo lo expuesto anteriormente, no he sentido que me enfrentaba para nada con un texto denso o indigesto. Estas Lecciones Para Una Liebre Muerta se asimilan muy bien. Tampoco encuentro que sea difícil participar del juego que la novela me plantea sino que me ha resultado de lectura bastante fácil, cómoda y entretenida, pese a que el resultado final me haya trasmitido cierta insipidez y una inevitable sensación de historia sin final, en la que no todos los círculos terminaron de cerrarse por completo.

Bellatin se erige finalmente en Dios Creador de su propio Universo Narrativo, me invita a pasar a su particular mundo, a entrar en su laberinto y tratar de encontrar la salida (si es que la hubiera), descubriéndome además a un escritor poseedor de una particular y personal poética y que me ha gustado mucho descubrir.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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