Anika entre libros

Las ventanas del cielo

Ficha realizada por: Carol Inabé Barba
Las ventanas del cielo

Título: Las ventanas del cielo
Título Original: (Las ventanas del cielo, 2017)
Autor: Gonzalo Giner
Editorial: Planeta
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos


Copyright:

© 2017, Gonzalo Giner

© 2017, Editorial Planeta, S. A.

Edición: 1ª Edición: Marzo 2017
ISBN: 9788408168614
Tapa: Dura
Etiquetas: persecuciones África España aprendizaje arte aventuras navegación cristianismo otras culturas amor asesinatos muerte edad media ficción histórica histórica islam literatura española novela viajes siglo XV desierto Europa Castilla religiones comercio halcones Burgos traición ferias caza y pesca hermandades relaciones familiares cofradías Países Bajos Brujas - Bélgica banqueros Terranova vidrieras
Nº de páginas: 736

Argumento:

En esta nueva novela de Gonzalo Giner, una traición cambia el rumbo de las vidas de todos los personajes que habitan esta historia. Es una aventura trepidante llena de claroscuros, donde el amor y la muerte se entrecruzan: familias que ocultan secretos, un camino largo -atravesando países y culturas para encontrarse a sí mismo-, donde no sólo al protagonista -Hugo de Covarrubias-, sino que también transforma a todos los que comparten parte de su camino. Porque la ambición de uno arrastra a los demás hacia un derrotero desconocido, pero ya se sabe, el bien triunfa, a pesar de la muerte, el dolor y las penurias.

 

Opinión:

 

Como en todas las novelas de Gonzalo Giner, existe un animal de por medio. En este caso un halcón gerifalte hembra, blanca, luminosa, llamada Aylal. - palabra que significa "pájaro" en árabe-, como un signo de libertad, pero también de fidelidad. Ella nunca se separará de Hugo de Covarrubias hasta que le llega su tiempo; le seguirá por todas las ciudades donde viva y también en el desierto, le acompañará en sus alegrías y en sus tristezas, será la fiel amiga en su camino. Aunque no tenga tanto protagonismo como otros animales en las novelas de Giner, será una presencia constante; dentro de su libertad de pájaro, siempre rondará alrededor de Hugo.

Es que esta novela empieza con una intensidad brutal, los capítulos avanzan de una manera vertiginosa, de una ciudad a otra: son tantos los escenarios, que a veces te pierdes, pero de lo absorbente que es la historia, porque pasan tantas cosas a la vez que parece que estás en una novela de aventuras medieval. La ambientación y los personajes están muy bien estudiados, sólidos, muy vitales; aunque en ocasiones resulta tan inverosímil el giro que da la trama que te permites dudar, pero el autor lo hila todo tan fino que las dudas se desvanecen, sino más bien, dan ganas de estar como un personaje más acompañando a Hugo de Covarrubias y compartiendo sus peripecias.

Es una lectura amable, ligera, a pesar de la intensidad de las emociones y acciones de los personajes, porque es verdad que parece que el drama no se va a resolver rápido, el camino es largo, han de pasar muchas cosas antes que Hugo encuentre su pasión: las ventanas del cielo, es decir, las vidrieras, que en el siglo en que se sitúa la novela -pleno siglo XV-, han evolucionado y convertido no sólo en una parte del edificio con una función muy limitada: educar al cristiano que no sabe leer y enseñarle las escrituras sagradas, sino que en un depurado arte, transformando la luz en color, convirtiendo las naves de las catedrales, iglesias o monasterios en una fiesta regocijante del alma.

Pero hasta que Hugo se convierte en maestro de las vidrieras han de pasar muchas cosas, muchísimas, el propio autor lo explica al final del libro; se agradece ese anexo para acercarnos un poco a la época y la lista de referencias bibliográficas que dan el peso histórico a la novela, faltó, eso sí, un glosario de términos para los que no supieran nada del tema náutico, arte de las vidrieras, mercados medievales, términos jurídicos, etc., pero eso no quita nada de mérito, el que lee una novela de Giner se sumerge en un mundo bien construido, con personajes que quieres conocer personalmente, porque tienen alma, mundo interior, fuerza, incluso los que hacen el mal, tienen un punto reflexivo que los hace únicos.

Escribir el pasado desde el presente tiene lo que tiene: puedes inventarlo todo  -y hacer una novela distópica, que también es muy interesante-, o seguir el camino de la historia y reconstruirlo uniendo a este conocimiento, tu propia percepción del mundo - vivencias, cultura, ideas, emociones-, lo que hace que cada obra escrita sobre el pasado -novelado o no-, tenga un sello tan personal.

Construir un mundo pasado tiene esa magia de lo desconocido, de lo impredecible, porque por mucho que indagues en libros, hay que regarlo con tus propias manos para que florezca. Y este siglo XV de Giner tiene un jardín más que florido, es una aventura de principio a fin, plena de recovecos, es un deleite leerle y sentirte parte del camino. Cerrar los ojos y sentir la sombra de Aylal sobrevolándonos al volver la última página.

Carol Inabé Barba

 

 

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