Las lágrimas de la diosa maorí. Trilogía Kauri, 3

Opinión:

Estamos ante el tercer y último título de la denominada Trilogía del árbol Kauri. El libro sigue manteniendo, en líneas generales, la misma estructura que sus predecesores en los que mujeres fuertes, valientes y decididas llevan el gran peso de la historia. Aunque en esta ocasión, Sarah Lark nos tiene deparada un gran sorpresa al hacer que comparta protagonismo, por primera vez, un hombre.

Como viene siendo habitual en las novelas de la autora, la trama se divide en dos historias que transcurren paralelas en el tiempo y que terminan encontrándose al final, al mismo tiempo que aparecen otras subtramas. Los protagonistas de cada una de ellas son Atamarie, la hija de Matariki, por un lado; y Kevin, el hijo de Lizzie y Michael, y Roberta, la hija de Violet, por otro.

Matariki será, en la novela, la primera mujer en entrar en la universidad de Nueva Zelanda. Con ella viviremos todo lo que eso conlleva. También seremos testigos de la extraña relación que tendrá con Richard Pearse, un personaje real que se supone fue el inventor de la primera máquina voladora, con anterioridad a la exhibición de los hermanos Wright. En principio parece que está relación será una unión de dos mentes inquietas que se aman, sin embargo, poco a poco veremos como Matariki irá dejando de lado sus sueños para centrarse en los logros de su amado. Algo no que no me ha gustado mucho, teniendo en cuenta todo aquello por lo que pasó la joven en "A la sombra del árbol Kauri", aunque conociendo el desarrollo de la misma en cuanto a su fortuna en el amor tampoco podría esperarse otra cosa. Sin embargo, esperaba mucho más de este personaje, por lo que me he sentido decepcionada.

Con Kevin viajaremos a Sudáfrica y allí conoceremos detalladamente a los Boers y su cultura. Llegará al lugar como miembro del ejército para ayudar en el conflicto entre ingleses y Boers. Con este personaje descubriremos las causas que dieron origen a este enfrentamiento, sufriremos con el racismo y conoceremos el calvinismo.

Roberta se hará maestra y en ella veremos a un personaje tímido, inseguro con una pasión incontrolable por Kevin Drury.

Es, tal vez, la novela más coral de la trilogía; sin lugar a dudas debido a la ambientación y los sucesos de que narra.

A pesar de sus ochocientas páginas el libro se lee rápidamente, gracias a su lenguaje sencillo y al interés que genera la historia, sobre todo al cambiar de temática y centrarnos en los boer, algo totalmente nuevo. De todas formas, aunque aparecen nuevos focos de interés tampoco deja de lado a los maoríes, con los que ya estamos más que familiarizados.

Una novela de aventuras, amor, drama y tesón, en la que los avatares de esta familia de primeros colonos neozelandeses llega a su fin de una forma espectacular y abriendo nuevas vías que explotar.

Mila L. Castelo