Anika entre libros

La señora Osmond

Ficha realizada por: Saray Schaetzler
La señora Osmond

Título: La señora Osmond
Título Original: (Mrs. Osmond, 2018)
Autor: John Banville
Editorial: Alfaguara
Colección: Narrativa Internacional Alfaguara


Copyright:

© 2018, John Banville
© 2018, Penguin Random House Grupo Editorial

Traducción: Miguel Temprano García
Edición: 1ª Edición: Mayo 2018
ISBN: 9788420432847
Tapa: Blanda
Etiquetas: amistad burguesía clases sociales costumbrista moral literatura irlandesa novela siglo XIX doncellas paternidad servicio doméstico trabajo ficción contemporánea matrimonio infidelidades herencias matrimonios de conveniencia lujo intrigas familiares sufragistas
Nº de páginas: 384

Argumento:

Isabel Archer es el nombre de soltera de la actual señora Osmond, heredera de una gran fortuna legada por su tío, descubre que su marido no sólo le ha mentido respecto a la paternidad de Patsy, sino que la madre verdadera de la joven no ha fallecido y que es en realidad una vieja amiga de ambos, en quien ha confiado a ciegas hasta ese momento. Un matrimonio de conveniencia urdido por dos traidores cercanos que pretenden conseguir con este engaño el dinero de la protagonista.

Lo que podría sustentar una obra de vodevil al uso se convierte en un refugio de costumbres, una cuidada estampa escénica y la capacidad de una mujer para sobreponerse al engaño y utilizar el poder femenino para darle la vuelta a esa vil situación.

 

Opinión:

 

Ya son varios y significativos los premios literarios con los que cuenta en su haber este autor. Con la señora Osmond no podemos evitar las comparaciones y recrearnos en los ambientes que nos recuerdan aquellas obras de Henry James, una de las razones por las que no estaría de más una mención especial a este trabajo.

Una escritura tan impecable como lo demuestra la calidad de esta obra así lo merece. Sumergirse en su peculiar redacción es un acto placentero, y lo es tanto por el valor descriptivo como por los diálogos que sin duda marcan un estilo que no deja lugar a dudas sobre la época, los ambientes o la descripción de los personajes.

Estos son a su vez dignos de mencionar y estudiar por separado, cada uno con sus peculiaridades, pero es la señora Osmond la que sin duda ha ocupado mi atención durante toda la obra, y he seguido con los cinco sentidos sus cambios de carácter, su talante frente a la adversidad, y ese mundo interior inmenso. Impresiona tener tan de cerca a un personaje y ser testigo de cómo cambia y resuelve su vida entre viajes y paisajes tan diferentes.

La protagonista reconoce sentirse atrapada en un matrimonio que ni ella misma ha decidido, y éste es el punto de inflexión que deriva a la protagonista a preguntarse quién es y qué espera en un futuro, algo que no le lleva mucho tiempo al reconocer que la unión de dos personas no significa que uno de ellos tenga que dedicarse necesariamente al otro en cuerpo y alma el resto de su vida.

Confieso que cuando la palabra sufragista se mostró en la figura de una de sus amigas a las que ha ido a visitar a Londres abrí los ojos creyendo que la novela iría sobre la lucha de estas mujeres, y nada más lejos de ello, aunque la representación del feminismo se vuelca en la manera con la que nuestra protagonista se va rebelando ante su falta de aire vital, mostrando con ello esa parcela de la trama que muestra un hilo conductor en torno a lo femenino.

El recorrido geográfico nos lleva desde Italia (Roma, Florencia) hasta Inglaterra, pasando por los Estados Unidos, de donde es originaria la señora Osmond. Este ir y venir despreocupado nos convence de un ambiente cosmopolita que sólo una herencia elevada o un trabajo acomodado podría sostener. Asistimos de nuevo a la división de clases en ricos y pobres, en privilegio y servilismo, castas que se suman en el lado de la pobreza insalvable a no ser que medie un matrimonio o una herencia que les devuelva la dignidad. Los juegos de manos de personajes que no renuncian a la comodidad son los que finalmente padecen sus propios engaños, si bien, como es el caso de Serena Merle, sigue una línea que anticipamos no la dejará viviendo en un mundo de estrecheces.

Un canto a la libertad en pleno siglo XIX, por decisión de una mujer que se enfrenta a los convencionalismos de la época.

Podemos resumir atestiguando que la señora Osmond toma el camino que ya había decidido para sí, mucho antes de conocer el secreto que le lleva a querer romper con su matrimonio o a vengarse de su amiga traidora: conquistar la libertad de decidir por sí misma y de ejercer el derecho a tomar sus propias decisiones. Si no es fácil llevarlo a cabo hoy en día no quiero pensar cómo sería hacerlo en aquel periodo.

Las relaciones entre las mujeres que la rodean serán el punto de partida y el espejo necesario para retomar su fortaleza de antaño, cuando aún estaba soltera.

Una lectura amena, para quien disfrute de la narrativa de calidad, para los que se deleitan paseando en el tiempo sin fugas que rompan ese encanto, y por supuesto, para los admiradores de este autor que se supera a sí mismo, si eso es posible.

Makechu

 

 

 

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