La ciudad de los espejos (Vampiros 3)

Opinión:

Va a ser difícil olvidar esta historia. Posiblemente nos lo pongan fácil porque habrá serie de televisión si todo sigue en pie, pero si tenéis oportunidad de leer la trilogía, mejor hacedlo. No os arrepentiréis.

Ni os imagináis la cantidad de cosas que pasan en este tercer tomo (y tan distintas unas de otras). Ya os comenté que a veces Justin Cronin se ponía a contarte la historia de alguien y te hacía fruncir el ceño (así pasó en "El pasaje" y luego en "Los Doce"), pero luego te alegrabas de que lo hubiera hecho porque de pronto sabías mucho de tus personajes, los hacía tremendamente familiares y cercanos. En esta ocasión, en "La ciudad de los espejos", le toca el turno a Fanning, el número Cero. Conoceremos toda su historia, especialmente su gran historia de amor, que es, al fin y al cabo, junto a sus ansias de acabar con la humanidad, lo único que recordaremos de él. Y la conoceremos porque se la cuenta a Alicia.

El siguiente tramo de la novela es la guerra. Virales contra humanos, o cómo algunos humanos logran escapar de los virales (los vampiros) con el fin de llegar a un lugar donde puedan volver a empezar, lejos del continente, aunque no demasiado. En esta parte -emocionante por otro lado- se separan algunos de los personajes. Dispuestos a acabar con Fanning, Michael, Amy y Peter marchan a Nueva York con la ayuda de Alicia, que conoce bien la zona porque ha estado mucho tiempo allí con él.

Ni que decir tiene que no todos van a sobrevivir, y que viviremos momentos de tensión y otros de mucha emoción. Porque aquí hay viejas historias de amor. Amy y Peter siempre se amaron, y también Michael a Alicia, prácticamente desde que eran unos críos y comenzó todo.

El último tramo de la novela es el más corto, y parece raro porque de pronto nos hablan de muchos años después y de gente que no tienes muy claro por qué es tan importante. Pero de nuevo Cronin se guarda su as en la manga: hace que les conozcamos y les tomemos cariño en un breve lapso de tiempo para proporcionarnos un final más emocionante. Qué final, y qué lástima no poder hacer spoilers cuando te has leído el libro, ¡eh!

Debo advertir que como buena tiquismiquis lectora (o perfeccionista) hay tres cosas que no me han gustado ni convencido en la trilogía. No me ha parecido creíble ni apropiado cómo zanja el tema del "fantasma" que salva a Theo y a Mausami en la granja, es como si no hubiera encontrado nada mejor que decir -bastaba con que aquella escena no ocurriera, la verdad-. Tampoco me parece ni medio normal que Amy sea una elegida prácticamente al azar -ya que de ella sólo saben que es abandonada por su madre en el convento- y que sea tan especial, porque Amy no es una simple niña: si recordáis aquellos que la conocen acaban volviéndose sus ángeles guardianes, y hasta los animales pueden hablar con ella (todo esto antes de que la infectaran). Es un pegote de corte fantástico que tampoco encaja realmente con la historia; ni se cuenta en ningún momento que esto fuera necesario o que la buscaran expresamente por eso. Y como ya me quejé en el segundo volumen tampoco me hizo ninguna gracia que Caleb cambiara de nombre a Hightop (de hecho aquí vuelven a nombrarlo), de nuevo bastaba con ponerle otro nombre al crío… Pero seamos sinceros, con lo larga que es la historia, que sólo tres cosas no me hayan convencido no me quitan las horas de disfrute de la lectura de esta saga familiar. ¿O no?

Son más de 2.500 páginas de pura aventura mezclada con emociones, y también proporciona la sensación de conocer a fondo a todos sus personajes, casi creerlos reales. Páginas que contienen también acción, tristeza por los que se van, alegría por lo que consiguen, intriga por saber cómo acabará todo.

Y una no puede evitar evocar la Biblia. Porque si recordáis, de vez en cuando se hacían flashbacks -en realidad era lo contrario, viajábamos en el tiempo hacia adelante- para leer los cuadernos de Sara y otros documentos que nos hablaban del pasado. Y así, con unos y otros, con manuscritos y monolitos grabados, acabamos teniendo el origen de los seres humanos que poblaron aquellas tierras, con una religión que aún algunos descendientes conservan, y un final tan emotivo que quizás se te escape un suspiro.

Más de 2.500 páginas que no vas a olvidar, eso seguro.

Anika Lillo

Foto homenaje: