Jabato 18. Los vikingos de Sigaar, Forajidos del desierto, La isla de Fungio y Siniestra amenaza

Opinión:

No vamos a entrar en esta reseña si estamos ante una época mejor o peor del personaje, ni en los anacronismos en los que incurrió el autor al situarlo cronológicamente, pues para lo que en estos momentos nos interesa no tiene importancia.

Víctor Mora creó, pocos años después de El Capitán Trueno, y debido al éxito del mismo, otro personaje de características similares, y la editorial buscó un dibujante similar al del otro personaje. Así nace El Jabato, un personaje situado en la Iberia/Hispania romana, pocos años antes del nacimiento de Jesucristo… aunque en ocasiones se declare cristiano, y defensor de esa fe. Esclavizado por los romanos, y convertido en gladiador, lidera una revuelta y se libera, escapando de los romanos, a los que desde entonces combatirá, con la ayuda de su amigo Taurus y a los que se unirá, tiempo después, Fideo de Mileto (además de la fémina del grupo, claro, Claudia, una patricia romana). Es más que posible que debido a que se tuvo que contar con guionistas adicionales, así como también con otros ilustradores, que esas incoherencias sean debido a ello, a errores de interpretación y/o de continuidad entre ellos. O incluso el exceso de trabajo del propio Víctor Mora le llevara en ocasiones a cometer errores de continuidad. Pero como digo, será válido para una reseña total, de toda la obra, y no para esta, en la que vamos a comentar solamente un puñado de aventuras y todo eso no interfiere en lo más mínimo.

Dichas aventuras... pues nada que no conociéramos previamente de las de El Capitán Trueno, pues sigue fielmente el esquema de éste, situado en otro espacio temporal. Malos muy malos, buenos muy buenos, amistades por encima de todo, y los romanos como fondo, siempre como el enemigo que está detrás de El Jabato y sus acompañantes. Pero por supuesto, aventuras en todos los lugares y contra todo tipo de enemigos (vikingos, tribus del desierto, galos, brujas,…); en realidad, al menos en este tomo que recopila cuatro aventuras, encontramos un poco menos de elementos fantásticos (excepto esa bruja mencionada), y algo más de supuesto humor (en la figura de Fideo de Mileto y su mono, Bongo), que en las de Trueno. Igualmente, el dibujo es un poco peor, con facciones menos elaboradas, pero en su conjunto, aunque algunos peldaños por debajo de los habituales en Trueno, las ilustraciones son defendibles, las escenas de acción y las peleas en su conjunto están bien elaboradas, así que podemos darlo por aceptable, al menos.

Pues eso, disfrutable como tomo de aventuras en sí mismo y, como vengo diciendo en otras reseñas, casi imprescindible para la "generación Bruguera", en la que yo mismo me encuentro.

J. Javier Arnau