Anika entre libros

En aquella pared norte

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor
En aquella pared norte

Título: En aquella pared norte
Título Original: (En aquella pared norte)
Autor: Pilar López Bernués
Editorial: Barrabés


Copyright:

© Pilar López Bernués, 2003

©  Ediciones Montañas y Hombres S. L.

Edición: 1ª Edición, 2003
ISBN: 9788495744258
Tapa: Blanda
Etiquetas: montañismo aventuras misticismo naturaleza literatura española drama
Nº de páginas: 320

Argumento:

Javi, un joven aficionado al alpinismo, se siente culpable de la muerte accidental de su amigo David, llegando a sufrir una profunda y dolorosa depresión que lo mantiene alejado de todo y de todos. Cuando cree que ha superado por fin la enfermedad, Javi acepta la invitación de un colega para pasar una semana de vacaciones en los Alpes. Sin embargo, una vez allí, un reencuentro sorpresivo e impactante con César, el hermano de David, provocará en él una reacción tremendamente impulsiva, inconsciente y arriesgada. 

 

Opinión:

 

Me estimulan bastante aquellos libros en los que se me trasmite, de un modo más o menos evidente, la enorme implicación personal o sentimental que el autor ha puesto en su creación. Este tipo de novelas (o poemas, o ensayos…) suelen tocarme con más facilidad la fibra sensible que aquellas que están contadas con un mayor distanciamiento del creador, aunque esto no implica que haya otros detalles en estos títulos que si me interesen o que puedan provocarme algún tipo de emoción. Sin embargo, me suelo identificar más con este tipo de historias en las que el/la autor/a ha puesto mucho de sí mismo. Son relatos escritos la mayoría de ellos con un enorme carga de visceralidad que tiene mucho que ver con cómo soy y cómo siento las cosas.

Entroncando directamente con lo anterior, me gustan también las novelas en la que los personajes son muy impulsivos o responden de forma exagerada… todo aquello que resulta más grande que la vida, que, desde mi punto de vista, forma parte esencial del melodrama desaforado o del surrealismo más atroz: un poco como soy yo también, exagerado, visceral, nervioso e imprevisible (incluso para mí mismo).

Otra de las razones (entre otras muchas más) que considero primordial para que me guste una novela es que la narración posea varios niveles de lectura, es decir, que semi-escondida entre líneas se me permita descubrir algo más: una sub-trama, una historia que no se cuenta directamente pero que alguna forma intuyo como igual o mucho más profunda o importante que la principal y que me trasmite sentimientos contradictorios o no pero que me remueven inevitablemente.

Todas las condiciones expuestas anteriormente las cumple en mayor o menor medida la novela de Pilar López Bernués.

En primer lugar considero que el grado de implicación de la autora en la historia es impresionante (y me atrevo a afirmar que bastante evidente). No dudo que la trama que sustenta la novela haya nacido de su imaginación, pero lo que me parece bastante evidente es que los sentimientos, pensamientos, ideas, reflexiones… que hacen los personajes son del todo autobiográficos. Es algo que se intuye, que se trasmite; al menos a mí así me lo pareció mientras leía. Por tanto, "En aquella pared norte" me parece un libro escrito desde la sinceridad y la desnudez emocional más absoluta. Esto implica también una mayor identificación del lector con los personajes, sobre todo por aquel que, como Javi, haya experimentado y salido de una profunda y dolorosa depresión. Este tipo de lectores pienso que comprenderán mucho mejor al protagonista y se verán proyectados irremediablemente en él. Pienso que todo lo que éste siente o expresa sentimientos de baja autoestima, miedo a la altura, pensamientos obsesivos, culpabilidad…) a lo largo de la novela refleja perfectamente la mente de un depresivo, y sobre todo el enorme dolor que supone para quien la sufre el experimentar una enfermedad de ese calibre. En ese sentido, la novela se merece un diez. Primera condición cumplida.

Con respecto a la segunda condición, aquella que tiene que ver con lo visceral, lo exagerado o lo surrealista, esto lo cumple relativamente. Pienso que algunas reacciones de los personajes se me antojan demasiado impulsivas (por ejemplo, todo el suceso / el encuentro que motiva el ascenso de Javi primero y de César después por la pared de la montaña…). La autora debe contar por tanto con la complicidad del lector que, previamente, acepte las reglas del juego. Creo que habrá lectores que algunas cosas (cómo la que señalo anteriormente) les puedan parecer inverosímiles. Para mí, en cambio, resultan del todo coherentes con el tono general de la narración: Javi siente las cosas de un modo excesivo para una persona "normal", y por tanto, sus reacciones deben serlo también. De todos modos, la narración, excepto en algunos detalles, se desarrolla dentro de los límites de la aventura clásica (tipo Julio Verne) basada en el conflicto entre dos personas que se odian pero que tienen que ayudarse y cooperar para cumplir una misión.

En lo que se refiere a la tercera característica, la posibilidad de varias lecturas de la historia o, en todo caso, de descubrir otra historia oculta entre líneas, tengo que decir que al menos yo sí veo en esta novela algo más que una aventura de alpinistas enfrentados. Desde mi punto de vista, todo el proceso de aprendizaje, de superación personal de Javi tiene mucho que ver con el de un enfermo que por fin logra salir de la depresión.

La interpretación que voy a dar es muy personal. Para mí, la odisea de Javi y César simboliza o representa la relación que un depresivo establece con su terapeuta. En un principio, existen recelos, el psicólogo/psiquiatra puede aparecer incluso como un enemigo, pero poco a poco se va entendiendo que sólo a base de cooperación se puede avanzar (subir la montaña). Por otro lado, la evolución de una depresión tiene mucho que ver con todo lo experimentando por Javi durante el ascenso: hay veces en que parece que sigues hacia arriba, otras que te bloqueas, otras que te quedas paralizado… De alguna forma, la aventura sirve como excusa para contar otras cosas mucho más profundas, más humanas, que tienen que ver con la experiencia personal de bastante gente y que, de manera inconsciente (o consciente como es mi caso) se trasmiten durante la lectura de la novela. Por lo tanto, de nuevo la identificación de muchos lectores está más que asegurada, aunque no creo que esto nazca de una maniobra calculada de antemano por la autora. Surge de un modo inconsciente quizá, no provocado… pero, desde luego, si yo he podido extraer una conclusión así de la lectura de la novela no veo por qué otro lector no pueda hacer la suya.

Aparte de lo comentado anteriormente, la novela tiene momentos bastante emocionantes (de bolsa de pipas, no de llorar), de pura aventura, es decir: que se puede leer perfectamente sin entrar en tantas profundidades. Así, la tercera condición se cumple también de un modo emocionante y conmovedor ya que la novela admite varias lecturas y aparte sabe trasmitir emoción (en el más amplio sentido de la palabra).

Hay, sin embargo, algunos peros que se le podrían poner a la novela.

Me pasó con el otro libro también ("El misterio de los cachorros desaparecidos") y es la sensación que tarda demasiado en empezar el conflicto central. Creo que, en algunas ocasiones, el deseo de ser clara, de querer contarlo todo, absolutamente todo, le impiden a López Bernués el ser un poco más sintética. En alguna ocasión, el narrador de la historia, el propio Javi, dice que no sabe cómo explicar lo que siente, lo que le ha sucedido o algo parecido y da la impresión que a la autora le cuesta también centrarse al principio, encontrar el modo de ir mucho más al grano. Para los que como yo tenemos paciencia y solemos leer hasta el final (a no ser que la novela desde un principio me parezca insoportable) nos llevamos, capítulos después, la agradable sorpresa de una narración con todas las cualidades apuntadas anteriormente. Sin embargo, el lector impaciente puede que abandone el libro porque al principio al menos se dan muchas vueltas sobre el mismo tema.

Una característica de todo lo que escribe Pilar López Bernués (no sólo en lo publicado, sino también en lo que hay editado en su blog: http://plbernues.spaces.live.com/ ) es que siempre intenta reflejar en sus escritos los temas que le preocupan o inquietan: maltrato y crueldad con los animales, temas espirituales, respeto y cuidado de la naturaleza, cómo se sienten los objetos inanimados…  Esto forma parte de su estilo y también se nota muy mucho en esta novela en la que los personajes dialogan sobre muchas de estas cuestiones. A mí esto no me molesta demasiado, pero supongo que puede haber lectores a los que estas disquisiciones les distraigan un poco de la acción principal, como que pueden romper un poco el ritmo de la trama. De todos modos, como forma parte de su forma de entender y concebir las historias, por mi parte: nada que objetar a ese respecto.

En definitiva, un buen libro, con momentos excelentes, que admite varios niveles de lectura o de interpretación (pero que se puede leer también tan sólo como una novela de aventuras y disfrutar igualmente) y con un grado de implicación personal de la autora importante.

Joseph

 

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