El invierno en Lisboa

Opinión:

Txema

Creo que esta novela debería llamarse Lucrecia, que es la verdadera protagonista de la misma. Muñoz Molina cuanta una historia creíble y muy bien ambientada a través de un narrador que se encuentra en un bar de Madrid con Santiago Biralbo, que ya no se llama así, porque ha tenido que cambiarse de nombre para librarse de la policía portuguesa. Este relator cuenta la historia con lo que se podría calificar de precisión periodística los hechos. Es absolutamente desapasionado y estrictamente objetivo. Eso hace que la narración sea mucho más interesante, ya que no hay ni una sola concesión a la galería.

En realidad, a lo largo del libro descubrimos la historia de una serie de personajes que tienen un fracaso vital absoluto. Es el reflejo de una vida absurda en la que nada llega a ser cierto del todo. En mi opinión, y a pesar de lo que pueda parecer, no existe una relación de amor entre Biralbo y Lucrecia y, no puede haberlo, porque son incapaces de dar ese paso adelante necesario para amar. Lo peor es que ellos son conscientes de esa situación y no hacen nada por cambiarla. Es una novela dura, llena de escepticismo y melancolía, en el sentido filosófico de la palabra, es decir añoranza de lo que podría haber sido, pero que en realidad nunca ha llegado a ser. Algo que finalmente tiene terribles consecuencias.

La trama sea posiblemente lo de menos. Lo importante es la perfección con la que Muñoz Molina cuenta como, poco a poco, todas las falsas esperanzas de los dos personajes centrales acaban en una absoluta frustración.

H. K.

Es muy difícil hacer una valoración de una obra de Muñoz Molina dejando a un lado su calidad literaria, ésta acompaña y viste la estructura de la obra sin detenerse una línea a contemplarse a sí misma, pero es imposible dejar de apreciarla y valorarla.

"El invierno en Lisboa" es sobre todo una historia de amor, de amor imposible, de daño y recuerdos, de conversaciones en las que tan importante es el diálogo como los pequeños gestos, las miradas y las risas, pero también es jazz en pequeños locales a medianoche, también es San Sebastián y Lisboa.

Por supuesto no es la mejor obra de Muñoz Molina, pero es digna de un escritor tan excepcional como él.

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