El año que trafique con mujeres

Opinión:

"El año que trafiqué con mujeres" es -para mí- tan completo como "Diario de un skin". Dice mi amigo Erasmo R. que no se fía mucho de los libros de investigación periodística pero yo tengo un no se qué con Toni Salas, me fío de él, entre otras cosas porque algunas de las cosas que cuenta las he visto en televisión, en programas emitidos en Tele5 con cámara oculta, y porque aporta mucha documentación, datos y fotografías en sus trabajos. Además, algunas cosas de las que habla las he conocido anteriormente a través de Informativos, mi mente las recuerda bien.

En este libro los descubrimientos son tan repugnantes que no me extraña nada que Toni llegara a vomitar tras una de las entrevistas. Leyendo las historias sientes rabia, pena, dolor, horror… ¿por qué? porque el autor, esta vez, se implica emocionalmente y transmite su terror y su odio hacia los vendedores de esclavas sexuales, algunas golpeadas, otras engañadas… y de nuevo hay un culpable en la existencia de las atrocidades que soportan las jóvenes: el cliente.

Gracias a sus investigaciones se ha conseguido algo, como detener al Sunny o mandar a su país al narcotraficante Mario Torres Torres entre otras cosas, sin embargo, como él dice, aún quedan muchas chicas y muchos clientes.

Curiosamente este libro dio -erróneamente- comienzo a nombrar a los personajes en los programas de cotilleo con iniciales, sin embargo debo deciros que esto es absurdo porque Salas apenas da unas iniciales a lo largo del libro (aunque sea cierto que con algunos comentarios sepas a quiénes se refiere sin dar iniciales). ¡Pero sólo da unas iniciales, M. S.! No entiendo el alboroto inútil y aprovechado de los "otros" periodistas que se lanzaron a poner esto de moda tomando a "El año que trafiqué con mujeres" como punto de referencia.

El libro se compone de muchísima información y aunque muchos lo busquen para encontrar "esas iniciales", personalmente lo recomiendo porque lo que van a descubrir puede que haga que se les revuelva el estómago, y con suerte, que los puteros se hagan unas pajas en su casa y terminen con la esclavitud sexual.

Anika Lillo

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